ÍNDICE DE MIS ARTÍCULOS DE ABRIL 2022
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“¡Primero lo primero!”… Los Alcohólicos
Anónimos nos muestran el camino.
- La Pascua es nuestro compromiso ineludible… porque Jesucristo es
una figura universal desde 2 milenios.
- Reencender la llama… ya que la brasa espera bajo la
ceniza.
- ¿Adónde vamos a parar?... si no detenemos el
neoliberalismo.
¡Buena lectura!
1. “¡PRIMERO
LO PRIMERO!”, Pedro Pierre.
Eso es uno de los lemas del
Movimiento Internacional de los Alcohólicos Anónimos para ayudarse a mantenerse
sobrios durante años después de haber caído a lo más bajo que puede conducir el
alcohol. En esos tiempos de desastre nacional que no deja de aplastarnos más
desde seis años, los criterios de este Movimiento pueden ayudar no sólo a no
hundirnos en la desesperación y la depresión, sino a resistir y sobre todo
volver a construir una vida personal equilibrada y al servicio de un proyecto
de país más justo y fraterno. Los Alcohólicos Anónimos tienen 3 criterios
mayores: “¡Hoy no tomo!”- “Reunión semanal de Alcohólicos” – “Primero lo
primero”.
“¡Hoy no tomo!”, primer
principio. Es lo que se dicen cada mañana al despertar, desde que decidieron
enfrentar el alcohol y no dejarse dominar por él. Y nosotros: ¿Alguna vez,
hemos hecho una pausa para decirnos: ¡Basta de seguir dominado por un sistema
que nos explota y nos esclaviza!? ¿Hemos decidido tomar los medios para
dejarnos explotar y esclavizar? ¿Por qué no decimos cada mañana: ‘¡Hoy voy a
vivir digno, libre y fraterno!? Eso es el primer paso para volver a ser humano.
El cambio comienza por nosotros y en nosotros individualmente. Al no hacerlo,
nunca entraremos en los pasos siguiente… porque eso es el camino de una vida
digna, libre y fraterna. Esa frase “¡Hoy voy a vivir digno, libre y fraterno”,
bien puede ser nuestra mejor “oración de la mañana!”.
“Reunión semanal”: Es el
segundo compromiso que toman los Alcohólicos Anónimos, porque saben que el
alcohol es un enemigo muy fuerte y astuto. ¡Saben que solos no pueden vencerlo!
Necesitan encontrarse entre sí una vez en la semana para abrazarse,
felicitarse, escucharse, hablar, mantener la confianza en sí y la capacidad de
seguir abstemios. Para nosotros el problema es que somos tan orgullosos e
individualistas que pensamos que vamos a vencerlo todo individualmente: “¡Seas
un pelucón!”, como dice una propaganda. “¡Seas un grande, importante,
reconocido, rico!” Y empezamos a acumular bienes, diplomas y condecoraciones.
Al mismo tiempo entramos en la corrupción, la explotación de los demás, el
desprecio, la altanería… y pasamos años a vivir de esta manera, hasta toda la
vida, sin lograrlo, porque es imposible, porque eso nos destruye y destruye a
los demás. Pero nuestro orgullo nos impide ver que somos unos fracasados, unos
eternos vencidos… como los borrachos tendidos en la calle que no pueden más
pararse. ¿Cuándo aceptaremos que solamente juntos podemos enfrentar este
sistema de muerte, detenerlo y sustituirlo? ¿Cuándo decidiremos reunirnos en la
familia, entre vecinos, entre amigos, entre cristianos, para escucharnos,
hablar, abrazarnos, aceptarnos, ayudarnos para empezar a vivir de otra manera,
más digna, más justa y más fraterna? Solamente juntos podemos seguir de pie,
seguir adelante, tener una vida feliz y cambiar este sistema de muerte que nos
tiene cada vez más agachados, inútiles y destruidos. Empecemos a reunirnos
regularmente; una vez a la semana es lo mejor y lo más sencillo y beneficioso.
“¡Primero lo primero!” Es el
tercer criterio: el alcohólico se da cuenta que debe poner orden en sus
actividades diarias, es decir, determinar lo prioritario que no puede faltar en
su jornada. Una de estas prioridades es la amistad. “¡Si no tienes amigos, ya
has perdido la batalla!” Y así van reconstruyendo las amistades perdidas y
cultivando las que construyen en su camino de lucha y de dignidad recobrada. Lo
característico del ser humano es la relación: nacemos por ‘relación’,
sobrevivimos por relación con nuestra madre, aprendemos a caminar, a hablar, a
crecer, a amar… por relaciones. Somos ‘relación’ y así nos construimos poco a
poco como persona adulta, libre, útil y feliz. Nuestras relaciones no se
limitan a los demás seres humanos, sino que incluyen también la naturaleza, el
cosmos, Dios. Los seres sin relaciones son una lacra, un peso muerto por la
humanidad, una marcha atrás en proceso evolutivo de la creación… y
lastimosamente hay bastantes, cómplices de su propia muerte y responsables de
la muerte de muchos.
La ‘parábola’ del librito “El
Principito”, escrito hace 80 años y que se sigue reimprimido regularmente, nos
cuenta la historia de la amistad de un niño con una flor, un zorro, una
estrella, la humanidad… y nos sentimos feliz al leerlo y releerlo porque es o
puede ser nuestra propia.
Descubramos que, por una
parte, hemos sido deformados por la escuela, a veces por nuestra propia
familia, por la educación en general, por los medios de comunicación y los
medios virtuales, por los malos amigos y las malas ‘relaciones’, hasta por la
religión… Pero, por otra parte, existe siempre la posibilidad de reinventarnos
y encontrarnos con nuestra capacidad de ser plenamente humano, hermano y feliz.
Descubramos que los tres criterios de los Alcohólicos Anónimos tienen que ser
también los nuestros: “¡Hoy no tomo!”- “Reunión semanal” – “Primero lo
primero”. Ayudémonos a hacer realidad, junto a los demás, una vida nueva, una
vida de relación y una vida plena para nosotros y los demás, comenzando por las
y los que nos rodean. “¡No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos!”
Tampoco hay felicidad más grande, porque eso es nuestro destino.
2. LA PASCUA
ES NUESTRO COMPROMISO INELUDIBLE
La Semana santa marca el
desafío para todos: Los cristianos de relacionase más fuertemente con
Jesucristo y los demás de revisar su compromiso de vida. La pandemia ha
favorecido un tiempo de dispersión y de replanteamiento del quehacer cristiano
tanto del clero como de los bautizados. El papa Francisco invita a una
conversión para volver al mensaje de Jesús y ser sus discípulos misioneros
frente a las crisis tanto de la Iglesia católica, con “las plagas -en palabras
del papa- del clericalismo y la pederastia- como de un mundo plagado de
guerras, de migraciones forzadas, de pobreza creciente y de destrucción fatal
de la naturaleza. Con su Reforma vaticana, el papa Francisco quiere aportar su
parte para dinamizar la Iglesia católica en sentido de solidaridad y
espiritualidad centradas en Jesús de Nazaret. Se enfrenta a una situación
milenaria y a fuertes resistencias a todos los niveles.
Con el emperador Constantino,
en el siglo 4, comenzó una nueva etapa del cristianismo. Hasta esa fecha, las
Iglesias cristianas dispersas por todo el imperio romano se articulaban
difícilmente porque las distancias eran enormes y estaban perseguidas por el
los emperadores. Reunían a las gentes pobres de los distintos países y
conformaban -con sus matices- comunidades fraternas, equitativas y religiosas
en seguimiento a Jesús de Nazaret. Su presencia no era mayoritaria, pero sí,
significativa. Por eso el imperador Constantino, viendo la pérdida de cohesión
del imperio romano, decidió buscar un apoyo en el cristianismo al darle el
estatuto de religión oficial.
Roma pasó a ser el centro del
cristianismo y nació la religión católica con sus templos, sus sacerdotes, sus
liturgias, sus normas y su organización. Con la caída del imperio romano, la
organización eclesial pasó a ser también la organización civil, económica y
militar principalmente de Europa. Fue creciendo el centralismo eclesial y su
poder correspondiente. Este poder residía en el clero, o sea, el papa como monarca
absoluto, los obispos como sus representantes en los diversos países y los
sacerdotes como encargados de aplicar las normas dictadas por Roma.
Con la Revolución francesa,
los poderes civiles de los gobiernos nacionales empezaron a desplazar el poder
de la Iglesia católica en medio de muchos conflictos. El centralismo romano de
la Iglesia católica y sus poderes extremos había provocado la separación de la
Iglesia ortodoxa del Oriente al principio del 2° milenio. En el siglo 15 pasó
lo mismo con el Protestantismo. Además, la Iglesia católica no veía bien ni las
democracias incipientes ni la vigencia naciente de los derechos humanos.
El Concilio de Trento, en
Italia, reconocía al papa como lugarteniente de Dios en la tierra y el Derecho
canónico fue considerado con la única verdad para la convivencia humana. El
clero, en su apogeo, era el responsable de predicar y hacer respetar estas
realidades. Mientras tanto los laicos eran considerados como meros cumplidores
de las leyes y actos eclesiales. Con el siglo 20 se dieron, en muchos países,
la separación entre la Iglesia y el Estado. Con las llegadas del socialismo y
el comunismo las tensiones se hicieron más fuertes y las condenas también. Ser
católico era ser realista en tiempos de los reyes, conservadores en tiempos de
las democracias y enemigo del socialismo y comunismo.
Al mismo tiempo surgían por
toda la Iglesias católicas voces y movimientos católicos que pedían más espacio
para los laicos, un regreso al Evangelio de Jesús, respeto a los derechos
humanos, libertad de expresión, valoración de la organización civil y política…
Esas situaciones siguieron hasta el papa Juan 23 que, en 1961, convocó un
Concilio para conversar estos temas, actualizarse y colaborar en una
convivencia social más armoniosa tanto con los gobiernos como con las demás
religiones. El Concilio reconoció el valor de todos los bautizos y su necesaria
participación en los distintos espacios eclesiales, pidió una organización más
equitativa de las parroquias y diócesis, valoró la importancia de la Biblia y
su interpretación en comunidades, prestó atención a la gravedad de la pobreza y
de la explotación de los países del Tercer Mundo, se abrió al respeto a las
demás religiones… Lastimosamente estas líneas conciliares no fueron promovidas
ni aplicadas por los papas Juan Pablo 2° y Benedicto 16… que tuvo que dimitir
por su imposibilidad de remediar los conflictos que aparecían al interior de la
Iglesia.
Al elegir al papa Francisco,
se le encargó de lograr, a partir de las orientaciones del Concilio Vaticano
2°, una Reforma del Vaticano por los escándalos de autoritarismo y pederastia
del clero en todos los países, avanzar hacia una mayor participación de los
laicos y en particular las mujeres, volver a una evangelización más conforme al
testimonio de Jesús y a la práctica de las primeras Comunidades cristianas,
seguir en la opción por los pobres característica de la misión de Jesús. Vemos
que el papa Francisco está cumpliendo con estos 4 grandes desafíos: ser el
portavoz y el defensor de los pobres; mediante sus encíclicas: regresar a la
centralidad de Jesús y del Reino; con la sinodalidad: revertir el clericalismo;
en fin. con una Reforma: descentralizar los poderes de la Curia vaticana más
coherente con los Evangelios.
Al limitarnos a la Reforma del
Vaticano, nos damos cuenta que se quiere reorientar las funciones del Vaticano
para que sea un mayor testimonio del mensaje de Jesús, un servicio a las
Conferencias episcopales nacionales, una ayuda a las diócesis para cumplir con
la primera misión de toda la Iglesia: la Evangelización, o sea, la colaboración
al establecimiento del Reino de Dios, hecho de fraternidad, justicia y fe. Tal
como pasó con el Concilio Vaticano 2°, las resistencias al cambio son fuertes
tanto de parte del clero como de los meros parroquianos habituados a una
religión que satisfaga sus deseos de espiritualidad superficial, su
tranquilidad de conciencia y su salvación asegurada. Así los necesarios cambios
exigen paciencia y valentía, coherencia, respeto mutuo, y replanteamientos de
muchas costumbras obsoletas enraizadas desde siglos.
Que la Pascua de Resurrección
despierte en nosotros, especialmente los cristianos, el deseo de una vida nueva
más conforme el mensaje y testimonio de Jesús, si no queremos quedar, como
Iglesia, una secta más que no responde a los grandes desafíos de nuestro tiempo
y de las nuevas generaciones.
3. REENCENDER
LA LLAMA, Pedro Pierre
El gran mensaje de la Semana
santa es que ‘hasta de la muerte puede salir vida’, a imagen de las brasas bajo
la ceniza. Por lograr reencender la llama hay que separar la ceniza, poner unos
palitos y soplar sobre las brasas. Siempre pueden renacer la esperanza y la
dignidad.
Cuando miramos la situación de
nuestro país, en particular la de los sectores más desfavorecidos, vemos mucha
muerte y mucha ceniza. Las muertes violentas proliferan por todas partes porque
hay un sistema de gobierno que despoja a los pobres y a la clase media, no se
preocupa de crear empleo, reduce los gastos sociales como nunca, coopta todas
las funciones del Estado, nos deja indefensos frente a los atropellos de toda
clase… y todo eso para aumentar las riquezas de una minoría de privilegiados.
La presidenta de la Asamblea se dedica a favorecer la aprobación de leyes que
legitiman este robo descarado, la explotación de los trabajadores, el aumento
de los impuestos, la fuga de capitales… Eso era de prever cuando elegimos a un
banquero como presidente, tal como lo dejaba entender durante la campaña. Los
sectores populares están abandonados a su mala suerte y mucha gente, como en
tiempo del feriado bancario, busca salir del país para encontrar mejor suerte
en algún país extranjero. Hay mucha ceniza que quitar de los hombros de muchos
ecuatorianos para reencender unas llamas de esperanza en un país donde se reparta
un poco más equitativamente los bienes y las riquezas que producimos.
… Porque las brasas están
allí, esperando. La pobreza como miseria es el peor de los males porque
destruye lenta y seguramente a las personas, su dignidad y su autoestima. Por
la pobreza no comen sanamente, no se curan adecuadamente, se reduce a las
personas a la inutilidad, al subdesarrollo físico, intelectual, cultural… Se
condena un país a autodestruirse, se facilita la corrupción descarada, el robo
legalizado en las instituciones, la violencia física, la dominación de unos
pocos sobre muchos… Nunca el precio del petróleo ha sido tan alto. Nunca, nos
dicen, la recaudación fiscal ha sido tan importante. Nunca como ahora los
migrantes han mandado tanto dinero al Ecuador. Nunca hemos estado en
condiciones peores.
Mientras tanto hay grandes
riquezas humanas y posibilidades sociales escondidas en la mente y el corazón
de las personas. Todos tenemos pequeños y grandes talentos que se pierden si se
no quita la posibilidad de desarrollarlos y ponerlos al servicio de los demás.
Por eso que el papa Francisco afirma que este sistema neoliberal es “criminal y
terrorista”. La mayoría de los ecuatorianos sobreviven porque conservan valores
familiares que les permiten ayudarse, acompañarse, protegerse mutuamente. La
mayoría de los ecuatorianos conservan este sentido hereditario de comunidad, es
decir, de tender la mano a aquel que la está pasando mal, compartiendo lo poco
que tiene, dando aliento y consejos, animando a seguir enfrentando las dificultades.
Las brasas de la esperanza siguen vivas y sólo esperan transformarse en llamas.
Felizmente por muchas partes
vemos la conformación de pequeños grupos, asociaciones, comités,
organizaciones, comunidades… que inventan nuevas maneras de vivir y convivir, mejorando
su manera de comer, de proteger su salud, de cuidar el medio ambiente, de
entender la catástrofe que se nos impone, de formarse y organizarse para
defender sus derechos, promover el bien común, organizarse para protegerse de
tanta maldad que nos rodea. El papa Francisco impulsa a los católicos a renovar
las parroquias y las diócesis para que desaparezca la comodidad excesiva, la
reducción de la fe a un espiritualismo individualista, el autoritarismo de
muchos sacerdotes y obispos… Invita el papa a abrir nuevos caminos regresando
al mensaje y testimonio de Jesús de Nazaret en favor de los pobres y del Reino
que vino a inaugurar, un reino de Dios en la tierra hecho de relaciones
fraternas, justas, equitativas, inclusivas… Eso es la leña que permite a las
brasas transformarse en llamas y aportar el fuego que necesitan nuestros
corazones y nuestras mentes para hacer retroceder la miseria, la indiferencia,
la insolidaridad, el egoísmo, el derroche…
Necesitamos las llamas de un
fuego interior que renueva nuestro espíritu y nuestra mente para curarnos de
las tentaciones del individualismo y el consumismo. Un fuego interior que
madure las virtudes dormidas en cada una y cada uno de nosotros. Que lo mejor
salga a flote y sepamos reconocernos como hermanos que necesitamos unos de
otros para salir adelante y vivir mejor. Necesitamos ese fuego interior que se
transforme en organizaciones que velen por el bienestar de todos y exijan
transformaciones estructurales y sustitución del actual sistema neoliberal. Un
fuego interior que habite y despierte a nuevos líderes capaces de ser
autoridades al servicio del bien común y de una patria donde quepan todas y
todos.
Esa es la braza escondida en
muchas y muchos de nosotros. Aprendamos a reconocer estas brazas dormidas en nuestras
mentes y corazones, para que despiertan en llamas de esperanza que destruyen la
maldad, la nuestra, la ajena, la estructural y calienten los ojos y el corazón
de varones y mujeres que construyan un futuro digno de la vida y el país que
nos merecemos. Una vida feliz es siempre posible si nos unimos, despertamos y
encendemos las llamas de un futuro mejor, porque eso es nuestro destino, más
allá de las cenizas de la maldad y de la muerte.
4. ¿A DÓNDE
VAMOS A PARAR?, Pedro Pierre
Acontecimientos desfavorables
se acumulan viniendo de todas partes y sus causales apuntan principalmente al
gobierno. El costo de los productos aumenta sin parar. La delincuencia sigue
sembrando sus muertes por todo el territorio nacional: dos veces más que el año
pasado en los 4 primeros meses del año. Los problemas en las cárceles del país
no cesan. Las preocupaciones de los pequeños productores y pequeños artesanos
crecen de manera abrumadora. La clase media paga más y más impuestos. El
ministerio de Relaciones Exteriores no da abasto a la demanda de pasaportes
para salir del país. Nunca se había visto tan pocas obras del parte del
gobierno nacional. Los salarios de ciertos empleados del Estado, como en la
salud por ejemplo, son impagos desde 6 meses. El desempleo llega a más del 70%
de los ecuatorianos en edad de trabajar: 3 familias sobre 4 no tienen ninguna
seguridad para la comida diaria. Los escándalos de cobro de matrículas para
volver a clases presenciales son generales. Las medicinas en los hospitales
están ausentes. La gasolina aumenta regularmente. La corrupción avanza campante
a todos los niveles de la sociedad y los paraísos fiscales se llenan de dinero
ecuatoriano, sin ninguna vergüenza ni fiscalización. La conducción de la
Asamblea Legislativa es de la más caótica, para dar gusto al gobierno e impedir
que se desbanque a su presidenta, sostenida contra vientos y mareas por el gran
apoyo de Pachakutik, el partido de los Indígenas que se perdió, junto a la
CONAIE, en el laberinto neoliberal. Julián Assange, asilado con la nacionalidad
ecuatoriana en nuestra embajada de Londres, que fue entregado por el gobierno
morenista, en medio de la estupefacción mundial, al gobierno de Inglaterra,
está listo para su entrega a Estados Unidos. Por tercera vez se niega la
acogida de una boleta de captura internacional emitida en contra del ex
presidente Rafael Correa, ahora en Bélgica cuyo gobierno aduce que se trata de
una persecución política por una justicia corrupta. Hemos llegado a un tope en
el descalabro nacional nunca antes alcanzado.
Cosechamos lo que estamos
sembrando desde 6 años al aceptar la traición de Lenin Moreno y confirmarla
luego en las urnas en una consulta mañosa que nos buscaba otra cosa que
desbaratar la organización estatal a favor de los grandes de siempre. Hace un
año elegimos a un presidente neoliberal cuya meta era profundizar el camino
emprendido por su predecesor, o sea, la venta del país al mejor postor y lo
hace terriblemente bien. Un puño de ecuatorianos se enriquece a costa del empobrecimiento
creciente de la inmensa mayoría. Un sinnúmero de ecuatorianos acoge impasible
el odio, el engaño y las mentiras que siembran a diario los medios de
comunicación comerciales al servicio del neoliberalismo. Estos ecuatorianos
siguen creyendo, 6 años después, que todavía en todo “la culpa es de Correa”,
cuando la realidad es que los 10 años de la revolución ciudadana son
reconocidos como los mejores para el Ecuador por numerosos de países alrededor
de todo el mundo. Estamos equivocadamente “todos contra uno”, mientras seguimos
ciegos con una verdad que salta a los ojos porque “no se puede tapar el sol con
un dedo”: el neoliberalismo nos está acabando.
¡Felizmente Jorge Glas ha
salido de la cárcel después una persecución implacable de 6 años, secuestrado
por una justicia venal que nunca pudo demostrar las acusaciones que se le
hacía! ¡Demasiada desgracia que se trató de ahogar mediante los vivas de las y
los que los ovacionaban en su recorrido entre la cárcel de Latacunga y su hogar
en Guayaquil!
Hace exactamente 30 años en el
Documento episcopal latinoamericano, los obispos de nuestro continente reunidos
en Santo Domingo, República Dominicana, insistían en el compromiso político de
los cristianos: “Esta
preocupación de coherencia entre la fe y la vida ha estado siempre presente en
las comunidades cristianas. El apóstol Santiago (2,4-16,26) escribía: «La fe,
si no tiene obras, está realmente muerta» … La falta de coherencia entre la fe
que se profesa y la vida cotidiana es una de las varias causas que generan
pobreza… Los cristianos no han sabido encontrar en la fe la fuerza necesaria
para penetrar los criterios de la organización de la convivencia social,
económica y política de nuestros pueblos.”
¿Qué más habremos que sufrir
para despertar, darnos cuenta del engaño, enfrentar el sistema que ha logrado
al máximo hacernos ciegos, sordos y mudos? Porque, al no organizamos para
cambiar las cosas, lo vamos a sufrir mucho más todavía. Si seguimos cómplices
del neoliberalismo, los que nos gobiernan mediante la complicidad de muchos,
estarán muy satisfechos de seguirnos engañando, oprimiendo y matándonos con
hambre y con balas, fortaleciendo nuestra inconciencia, nuestro individualismo,
nuestra pasividad y el “sálvese quien pueda”. Mientras no reconozcamos nuestro
valor y nuestra capacidad de sustituir este sistema neoliberal, mientras no nos
damos cuenta que nuestros mejores sueños son los sueños de Dios, mientras no
decidimos vivir de pie y con dignidad, seguiremos siendo mediocres, cobardes y
faltos de fe en un Dios que nos ha creado para una vida feliz mediante la
fraternidad. Y nos hundiremos en el infierno de la desesperanza y de la muerte
que estamos construyendo nosotros mismos…
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