He aquí mis artículos del mes de julio:
1. Enjaulados o
dignos y valientes… Eso es la alternativa frente al paro nacional.
2. Assange: El
neoliberalismo no perdona; mata… cuando se desvela sus barbaridades.
3. Primarias:
‘El vals de medianoche’… porque las designaciones de candidatos se hacen en círculos
cerrados.
4. Economía y
Biblia… para
que encontremos alternativas económicas al actual desastre nacional.
¡Buena lectura!
1. ENJAULADOS
O DIGNOS Y VALIENTES, Pedro Pierre
Todos hemos sido afectados por
el levantamiento de 18 días. Frente a la radicalidad de las posturas, es
necesario hacernos varias preguntas, afín de ubicarnos con mayor verdad. Nuestra
visión de los resultados depende de varios factores: ¿Hemos participado
activamente en la movilización y hemos colaborado significativamente en la
alimentación de los manifestantes? En nuestras discusiones, ¿ponemos primero la
economía o la justicia social? ¿Dónde nos ubicamos: del lado de los
manifestantes o del lado del gobierno y sus aliados, como son las fuerzas
públicas, las cámaras, los medios de comunicación comerciales? Si somos
cristianos, ¿nos hemos limitado a rezar o hemos seguido la opción de Jesús por
los pobres y las víctimas de la injusticia?
Dejando de lado el contenido
importante y novedoso del “Acuerdo por la Paz”, vamos a mirar los principales
actores de la manifestación para serenarnos. Así podremos sacar unas
conclusiones más objetivas que respondan a los profundos desafíos de la
marginación ancestral de los Indígenas y la actual situación nacional
catastrófica.
El
presidente Lasso sale muy mal parado después de este levantamiento por su
negativa a dialogar, por los calificativos denigrantes a los Indígenas
relacionándolos con el narcotráfico y el financiamiento de parte de Rafael
Correa, por una respuesta unilateral y mínima a las demandas planteadas, por la
incitación a la violencia de las fuerzas policiales y militares al permitir el
uso progresivo de la fuerza letal contra manifestantes mayoritariamente
pacíficos, por su ausencia en la mesa de diálogo… Se vio un presidente que se
contradice e incumple sus ofertas de campaña, incapaz de hacer frente a
demandas más que justificadas no sólo para los Indígenas sino también para la
inmensa mayoría de los ecuatorianos.
Los
Indígenas salen ‘gloriosos’ después de 18 días de manifestaciones constantes,
de claridad en sus planteamientos y argumentos, de sabiduría tranquila y firme
para obligar el gobierno a atenderlos y aceptar globalmente sus demandas. Su
presidente Leonidas Iza supo presentar y representar lo mejor de la valentía y
de la cosmovisión económica, política y plurinacional del Bien Vivir como
alternativa plurinacional al neoliberalismo destructor de los Pueblos y de la
naturaleza.
Las
fuerzas policiales y militares han demostrado lo peor que pueden ser, o sea,
dignas representantes de las pasadas dictaduras latinoamericanas. Las fuerzas
armadas han perdido el aura que tenían de ser los defensores de la patria y de
la democracia, cumpliendo ciega y brutalmente las órdenes fascistas que
recibían. Están con poco personal, poca armas y poco dinero para enfrentar la
delincuencia y el narcotráfico, mientras se muestran super armadas y dedicadas
casi 3 semanas enteras día y noche a reprimir la clase popular de donde
provienen en su mayoría. Ya cayó en el olvido que “la policía es pueblo y el
ejército defensor de la soberanía nacional”, insensibles a los llamados de
organismos nacionales e internacionales de defensa de los derechos humanos.
Las Iglesias cristianas han
buscado demostrar cierta compasión por los Indígenas. En un comunicado,
felizmente se unieron representantes de la Iglesia católica, de la
Confraternidad evangélica e Iglesia Luterana. Tienen cada una personas muy
valiosas que viven la solidaridad y la interculturalidad con los Indígenas y
sus causas, pero sus instituciones favorecen el desorden constituido. Las
opciones del papa Francisco no han calado en instituciones poco preocupadas de
no caer en “la tentación de convertirse en una Iglesia de museo, hermosa pero
muda, con mucho pasado y poco futuro”.
Los grandes medios de
comunicación, televisivos en particular, han confirmado ser un apoyo
incondicional a la ideología neoliberal del gobierno, mostrando siempre el lado
negativo de las manifestaciones y de los Indígenas, ocultando los muertos,
desinformando, incitando al racismo, recalcando las pérdidas económicas a costa
de una justicia social ausente por todas partes, mintiendo sobre Rafael Correa
y satanizando a la Revolución ciudadana. ¡Una labor exitosa de desinformación,
desubicación y destrucción de las culturas nacionales, vergüenza internacional!
Otros actores fueron los
medios virtuales de comunicación alternativas que informaban en directo, a lado
de los líderes sociales. También se hicieron presentes movimientos juveniles,
feministas, ambientales, de derechos humanos… Los ciudadanos de la Costa y de
la clase media fueron los grandes ausentes, atrapados en su individualismo y
racismo, con sus “sueños de perros” al creer que un día próximo pasarán a ser
de la clase alta, despreciándose por olvidar de donde provienen.
Limitémonos a tres
conclusiones. Primera: Este conflicto nacional nos deja grandes rupturas y
polarizaciones por las posiciones enfermizas de racismo y anticorreísmo.
Segunda: En tal situación, sólo la organización y la movilización fuerte y
decidida podrá arrancarnos al desorden constituido, al irrespeto a los derechos
humanos y a una visión regionalista del Ecuador. Tercera: A futuro, la
sustitución del neoliberalismo y la derrota del fascismo vigentes exigen el
despertar nacional y la unión amplia, alrededor de la CONAIE, de movimientos
barriales, feministas, juveniles y ambientales.
Frente a esta realidad, no
queda más alternativa que dejar de ser enjaulados para empezar a ser libres,
fraternos y valientes. Todas y todos estamos llamados a integrar organizaciones
renovadas que enfrenten los poderes que nos empobrecen para derrotarlos y así
evitar, en futuras confrontaciones, muertos, violencias y semanas de luchas.
Esto será signo de nuestra valentía o cobardía, más allá de nuestras opciones
políticas y religiosas. A esta hora del camino, es bueno recordar las palabras
del obispo brasileño, Pedro Casaldáliga: “Mis causas son más importantes que mi
vida”, o lo que dice el papa Francisco: “De las crisis se sale arriesgando y
tomando al otro de la mano”.
El ‘Via crucis” de Julian
Assange va a tener 10 años este próximo año… por el mero hecho de informar la
verdad espantosa de las guerras norteamericanas después de filtrar documentos
del gobierno de Estados Unidos. Esto ocurre en Europa, cuna de los Derechos
Humanos del Occidente, heredados del lema de la revolución francesa: “Libertad,
igualdad y fraternidad”. ¡Cuán lejos estamos de este ideal europeo que dio
origen a los tiempos modernos, rompiendo con la esclavitud de la Edad Media en
ese continente!
El gobierno de Estados Unidos
ha logrado que la justicia británica declarara justificada su solicitud para
juzgar a Assange en su territorio por la denuncia de espionaje… Julian Assange,
australiano de 50 años, padre de varios hijos, no hizo más que su trabajo de
periodista internacional: fundador, editor y portavoz del sitio web WikiLeaks.
En Estados Unidos podría recibir una condena correspondiente a 150 años de
prisión o a la pena de muerte. Todo eso es un tremendo golpe a la libertad de
prensa y de expresión al nivel mundial. Por este motivo el presidente de
México, Andrés López Obrador, declaró que era tiempo de “desmontar la estatua
de la libertad en Estados Unidos” y ofreció asilo a Assange en su país. En
cuanto a la Federación Internacional de Periodistas, su presidenta Dominique
Pradalié, demandó que el fundador de WikiLeaks “sea liberado, rehabilitado y
entregado a su familia… Cuando el hecho de denunciar crímenes es considerado
criminal, esto significa que estamos gobernados por criminales”.
La persecución internacional
en contra de Assange comenzó buscando pretextos para apresarlo y llevarlo a
Estados Unidos. En Suecia se lo acusó de violación; pero este cargo fue
desechado varios años después mientras estaba aislado en la embajada de Ecuador
en Inglaterra. En solidaridad con Assange, el ex presidente Rafael Correa lo
había aceptado como refugiado político en 2013. Su situación se complicó unos
años después cuando el ex presidente Lenin Moreno decidió entregarlo sin más a
la justicia inglesa que desconoció la decisión sueca, prefiriendo satisfacer la
demanda norteamericana. Por la decisión del ex presidente Moreno, los
ecuatorianos nos llenamos la vergüenza por ser tildados de traidores al derecho
internacional de asilo político. Como país nos hemos arrastrado a los pies del
gobierno norteamericano al no presionar al ex presidente ecuatoriano para revocar
tal decisión. "Es un precedente nefasto para el periodismo de
investigación y la libertad de expresión." ¡Bien pocos fuimos para
protestar contra esta traición y vergüenza!
Otro periodista perseguido por
EE.UU. y asilado en Rusia, Edward Snowden, exagente de la Agencia de
Seguridad Nacional de EE.UU. y de la CIA, quien reveló en 2013 la existencia de
programas de espionaje electrónico masivo en el país norteamericano,
twitteó que la extradición de Assange "es un símbolo atroz de hasta
qué punto ha decaído el compromiso de los gobiernos británico y estadounidense
con los derechos humanos".
Tiene razón el presidente
Vladimir Putin cuando advierte que “la Unión Europea perdió su soberanía
política y sus élites bailan al son de otros, perjudicando a sus propios
pueblos y empresas". Julian Assange y toda la prensa mundial son las
grandes víctimas de esta sumisión vergonzosa. Desde años ya, el neoliberalismo
ha invadido los gobiernos de Europa. La OTAN (Organización militar del Tratado
de los países del Atlántico Norte) es el nuevo “caballo de Troya” que ha
logrado la obediencia ciega a los proyectos hegemónicos de Estados Unidos. Esta
hegemonía neoliberal de Estados Unidos sobre Europa comenzó en los años ’80 del
siglo pasado con la primera ministra de Inglaterra Margaret Thatcher. Con la
implosión la URSS (Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas) y la
consecuente caída del muro de Berlín en 1989, la OTAN hubiera tenido que
regresar a los Estados Unidos ya que el Pacto Militar ruso de Varsovia había
dejado de existir. A partir de esta invasión silencioso, la OTAN fue el medio
para dominar Europa militar, política, ideológica y económicamente. Lo vemos
actualmente por el número de tropas norteamericanas que va a pasar de 80 a
300,000. Los gobiernos socialistas fueron sustituidos por gobiernos
neoliberales. Los medios de comunicación europeos dependen de unos monopolios
del gran capital internacional. Se logró lo impensable en una Europa que se
prevalece de ser el faro de una cultura mundial: ¡la prohibición de recibir
informaciones desde Rusia y la criminalización de su cultura milenaria! por la
guerra en Ucrania provocada, según el papa Francisco, por “los ladridos de la
OTAN a las puertas de Rusia”. Ahora Estados Unidos se ofrece para ayudar a
Europa para superar la crisis energética causada por la negativa europea de
comprar el gas y el petróleo rusos. ¡Ya el gobierno español está firmando
contratos con empresas norteamericana, a un precio 3 veces mayor que el de las
empresas rusas! Y en estos días el dólar es más fuerte que el euro… Se
manifiesta una cierta división entre los países europeos y algo de descontento
en sus ciudadanos… pero “el neoliberalismo norteamericano va porque va”.
Julian Assange es la mayor
víctima de esta aberrante situación… Pero todos tendremos mayores limitaciones
para expresarnos libremente y zafarnos a corto plazo del neoliberalismo y de
los gobiernos latinoamericanos que lo promueven. Debemos renovar nuestra
certeza en la fuerza de los pobres conscientes, organizados y valientes para
seguir luchando con la inmensa estatua del imperialismo norteamericano que,
según el profeta bíblico Daniel, “tiene los pies de barro”. Su neoliberalismo
“quiere salvar al mundo empujándonos al barranco”. A cada uno, los grandes
luchadores nos dicen: “Si luchas puedes perder, pero si no luchas estás
perdido” … El presidente de la CONAIE (Confederación de las Nacionalidades
Indígenas del Ecuador), Leonidas Iza, acaba de confirmárnoslo: “La lucha es la
madre de todos los derechos” … Así no se dará la debacle de la solidaridad ni
con Julian Assange ni entre nosotras y nosotros, las y los latinoamericanos.
Ya aparecen las listas de los
candidatos para las próximas elecciones seccionales de alcaldes y prefectos.
Mientras tanto, el Consejo Nacional Electoral recuerda que previamente a la
proclamación de los candidatos son obligatorias, en los diferentes partidos
políticos, unas elecciones internas para designarlos: Esas elecciones se llaman
“Primarias”. En sí, es un buen ejercicio democrático, porque fomenta la
participación de los afiliados a los partidos políticos. Pero parece que se
sigue la costumbre, por una parte, de conformar un grupo selecto y exclusivo
para lanzar sus candidatos y por otra de reunirse en la sombra para elegir a
nadie más que los amigos íntimos que tienen dinero y buscan beneficios
personales. En las elecciones de 2016, fue el caso del candidato Lenin Moreno
quien, a los pocos días de ser elegido presidente, traicionó al partido que lo
había ayudado a ganar las elecciones y se entregó a la derecha tradicional y
eligió al FMI (Fondo Monetario Internacional) para saquear al país, contra la
voluntad de la gran mayoría de los electores. ¿No será lo que está pasando
nuevamente en los partidos que se hacen llamar ‘progresistas’?
Los analistas políticos hacen
notar que Ecuador no tiene arraigada una fuerte cultura democrática. Las
campañas electorales son un derroche de promesas, dinero y regalos que poco
tienen que ver con la presentación de un programa de gobierno coherente y
detallado. ¿Tenía y tiene el presidente Lasso un programa de gobierno? Parece
que mira el Ecuador como un gran banco del que se saca grandes beneficios para
él, su familia y sus socios. No hay cultura política en nuestro país porque los
partidos no se dedican a formar una conciencia política que facilite el
despertar de una visión crítica de la realidad nacional. Al no conocer las
causas de los males que nos están asechando, se echa la culpa a mucha gente y
menos a un sistema que nos está oprimiendo y engañando. En ese sentido es
ejemplar lo que estuvo pasando en Colombia con la elección de Gustavo Petro y
Francia Márquez: Sus candidaturas nacieron de las masivas manifestaciones
nacionales a lo largo de muchos meses y responden a líneas políticas de sus
partidos y organizaciones populares. En Ecuador parece que nos limitamos a
tener partidos que se dedican a ser una gran máquina electoral que busca tener
votos y no gente consciente, organizada y participativa en las orientaciones
decisivas de la conducción de un país. Criticamos a diestra y siniestra,
protestamos, -pero no tanto-, y lanzamos calificativos hirientes que rebotan
contra la pared de la ineficacia porque no son el resultado de nuestro análisis
sistemático de la realidad con sus causas estructurales ni de nuestra
participación en partidos que han hecho de la democracia real su bandera de
lucha. Preferimos un vida y una sociedad de segunda o tercera categoría.
Con las últimas
manifestaciones nacionales el Movimiento Indígena ha demostrado una singular
madurez política al ser una organización democrática que consulta sus bases y
decide en función de sus orientaciones. Es la primera vez que se unen las 3
grandes organizaciones indígenas y cuyo consenso y unión han obligado al
gobierno a sentarse a la mesa de diálogo y aceptar la puesta en marcha de
resolver los 10 reclamos que motivaron un levantamiento de 18 días. Pero parece
que el racismo y la fascinación por el capitalismo pueden más que el
reconocimiento de la validez del “Bien Vivir” indígena. Por esta falta nuestra
de cultura política, dejamos que el país se vaya al abismo en el que nos
encontramos.
Cuidémonos de los grandes
medios de comunicación cuyo primer objetivo es desinformarnos y manipularnos
para que sigamos como borregos ciegos y sumisos al servicio del gran capital
que los financia. Aprovechemos los
medios virtuales para beneficiarnos de sus valiosas informaciones y
capacitaciones al utilizarlos inteligente y colectivamente. Más que nunca es
necesaria una pequeña comunidad de amigos para orientarnos, iluminarnos y
confirmarnos no solamente para discernir lo que es lo mejor sino proyectarnos a
hacerlo realidad organizadamente. Son las estructuras sociales, políticas y
económicas que nos dirigen, las que hay que cambiar. Mientras no buscamos
sustituirlas por nuevas más conformes a nuestras necesidades, nos seguirán
engañando y explotando.
Las organizaciones sociales,
los movimientos de mujeres, las federaciones de estudiantes, los comités barriales,
los líderes populares, las agrupaciones barriales, la unión de los maestros, el
conjunto de la academia, los grupos culturales, las entidades de género y
cuantos más… tienen que tomar cartas en el asunto de las primarias para que no
queden marginados y luego utilizados para dar su votos a candidatos que, una
vez elegidos, se olvidarán de sus promesas encantadores, sus discursos
ensordecedores y su vals de medianoche.
Los cristianos tenemos que
llevar a la calle nuestra fe y nuestro compromiso para que la opción por los
pobres que hizo Jesús y que hacemos nuestra por nuestro bautismo, no quede en
el limbo de las buenas intenciones y de las oraciones huecas. En estos tiempos
en que el papa Francisco ha emprendido una transformación estructural de la
Iglesia católica mediante la sinodalidad, pongamos en práctica su equivalente
en la sociedad ecuatoriana, eso es una democracia participativa que nos lleve a
más fraternidad y equidad. El mismo papa lo desea ardientemente para todas y
todos los bautizados: “Una Iglesia sinodal es como un emblema levantado entre
las naciones. El redescubrimiento de la dignidad inviolable de los pueblos y de
la función de servicio de la autoridad podrán ayudar a la sociedad civil a
edificarse en la justicia y la fraternidad, generando un mundo más bello y más
digno del hombre para las generaciones que vendrán después de nosotros.”
En estos tiempos de crisis
social profunda y de búsqueda de un nuevo modelo de sociedad, vamos a
profundizar sobre lo que la Biblia puede aportarnos hoy. Estamos acostumbrados
a pensar que la Biblia nos da casi exclusivamente respuestas religiosas a
nuestros problemas. No nos detenernos mucho en descubrir cómo estaba organizado
el pueblo que nos regaló333 el libro más leído del planeta. La Biblia no nos da
la respuesta inmediata a nuestros problemas, pero puede darnos caminos y
criterios que nos confirman que otra y mejor manera de vivir en sociedad es
posible. Vamos a tratar de descubrir lo que nos enseña el pueblo de la Biblia
sobre la economía.
Por economía, entendemos que
esta no se limita a cuestiones financieras, sino cómo se organiza la
sobrevivencia de las personas y la repartición de los bienes y riquezas de la
tierra para una vida decente. ¿Cómo enfrentaron este desafío el Pueblo de
Jesús, el mismos Jesús y los primeros cristianos? La historia que nos cuenta la
Biblia no es sólo espiritual sino también económica.
Los primeros padres del Pueblo
de la Biblia fueron una pareja, Abraham y Sara, que decidieron dejar su tierra.
Estaban desconforme con la organización social de los reyes que los mantenían
en la explotación, la cual estaba justificada por la religión. Optaron por
buscar mejor suerte en otro lugar. Sintieron que está decisión provenía de un
llamado divino. Eran un pequeño grupo de familias que buscaban vivir en mayor
fraternidad y mayor equidad. Deseaban una repartición de los bienes materiales
y de subsistencia, que correspondiera a la satisfacción de las necesidades
básicas de cada familia. En esta peregrinación o migración hicieron la
experiencia de un Dios cercano y amistoso. Y así llegaron a las tierras de la
actual Palestina donde se establecieron ellos y luego sus descendientes.
Después de varias
generaciones, una hambruna obligó estos descendientes de Abraham y Sara a
buscar refugio en Egipto, pero en una situación de esclavitud que se alargó
durante varios siglos. Conservaron el recuerdo de Abraham y Sara como también
del Dios que estos habían descubierto.
Este recuerdo y esta fe les
ayudaron a salir de Egipto gracias al liderazgo de otra pareja, Moisés y su
hermana Miriam. Como sus primeros antepasados decidieron buscar mejor suerte
volviendo a las tierras de Canaán-Palestina. Retomaron el proyecto de Abraham y
Sara: libertad colectiva, fraternidad equitativa y fe en un Dios amistoso. Tal
como pasó con Abraham y Sara descubrieron que Dios los acompañaba en su proceso
de liberación y en su decisión de vivir libre, fraterna y equitativamente.
En el desierto del Sinaí, el
mayor desafío era la sobrevivencia: ¿cómo no morir en el intento? Una
experiencia significativa les hizo descubrir la necesidad de organizar el
compartir equitativo entre familias. En el camino del desierto encontraron una
planta que producía unos granitos muy particulares. Eran comestibles, pero no
se conservaban más que un día. Fue la experiencia del maná que nos cuenta el
segundo libro de la Biblia: el Éxodo. “Cada uno recogía lo necesario para la
gente de su tienda de campaña… Cuando lo midieron con el decalitro, ni los que
recogieron mucho tenían más, ni lo que recogieron poco tenían menos: cada uno
tenía su ración”.
En esta travesía del desierto
que duró 40 años, o sea, el tiempo de toda una generación, el pueblo de Moisés
hizo una experiencia a la vez ‘económica’ y religiosa. Su organización
‘económica’ del compartir equitativo los llevó a reconocer que el Dios de sus
antepasados los seguía acompañando como amigo, consejero y liberador con ellos,
los esclavos de Egipto y los pobres del desierto.
Una vez en Canaán, se
complementó esta costumbre del compartir equitativa por unas leyes que
limitaban la acumulación de tierra y de dinero: “No ha de haber pobres entre
ustedes”. Cada 7 años se perdonaban las deudas a quienes no las podían
realmente pagar: era la ley ‘sabática’. Cada 50 años las propiedades embargadas
o vendidas eran devueltas a su primer propietario: era la ley ‘jubilar’ en “el
año de la gracia del Señor”. Hay que saber que, al llegar en Canaán, la
repartición de tierra a cada familia: la ley decía que la tierra no se compra
ni se vende.
Siglos después, Jesús de
Nazaret que venía para “anunciar Buenas Nuevas a los pobres” retomó el proyecto
de Moisés y Sara y “proclamar el año de la gracia del Señor”. Además, Jesús y
el grupo de los 12 apóstoles, hacían “bolsa común”. Al enseñarles la oración
del Padrenuestro, Jesús les invitó a pedir: “Danos hoy el pan de cada día”. Y
la eucaristía iba a ser “el nuevo maná que había bajado del cielo”: el alimento
del compartir. En su parábola de los obreros contratados para trabajar en una viña,
al final del día todos recibían el mismo salario, sin haber trabajado igual
tiempo, porque el salario debe cubrir el pan del día para toda la familia. En
cuanto a los primeros cristianos, sabemos que “todo lo ponían en común: entre
ellos no había ningún necesitado”.
Parece que los bautizados en
la fe de Jesús nos hemos olvidado bastante de sus palabras y de sus prácticas,
como también de las de sus primeros seguidores… como que si no fuéramos los
descendientes de Abraham y Sara y de Moisés y Miriam. ¿Por qué no nos
inspiramos a las lecciones económicas que nos da el Pueblo de la Biblia, en vez
de volver a esconder a Dios, a Jesús y a los primeros cristianos en las
sacristías y “en los cielos”? Tenemos allí unas alternativas económicas a la
desastrosa situación nacional. afín honrar el nombre de cristianos que llevamos
y ser dignos y valientes descendientes de Abraham, Sara, Moisés, Miriam y
cuantos más.
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