jueves, 31 de agosto de 2023

 

ARTÍCULOS DE JULIO

Con un saludo muy fraterno a todas y todos: Pedro Pierre.

  1. Organizar la ignorancia… es el gran trabajo del sistema neoliberal.

  2. Elecciones: El papa Francisco y la política… para sorprendernos positivamente.

  3. ¡Nos venden humo!… y lo comemos como pan caliente.

  4. El problema somos nosotros y nosotras… y la solución también.

  1. ORGANIZAR LA IGNORANCIA, Pedro Pierre.

He aquí otra característica del sistema neoliberal que nos organiza, o más bien, que nos desorganiza. Una de sus mayores perversidades es justamente ‘organizar la ignorancia’. Lo hemos visto con el gobierno de Lenin Moreno. Lo primero que hizo en ese sentido fue cuando pidió la asesoría del FMI (Fondo Monetario Internacional): reducir drásticamente el presupuesto de la educación, dejar de pagar a los maestros y profesores sin contrato permanente, reducir el presupuesto del desayuno escolar, quitar las ayudas para los arreglos de los edificios escolares, suspender la formación de maestros y profesores, detener el nombramiento de nuevos educadores, permitir el cobro de matrículas y otros gastos más…

Así hemos llegado al desastre educativo actual: la deserción escolar porque los padres no pueden pagar los gastos escolares, cierre de escuelas o la suspensión de materias o por la no renovación del material necesario, atraso en la entrega de diploma por falta de personal o cobros indebidos, aumento del número de estudiantes de los sectores populares que pueden entrar a la universidad o tienen que suspender sus estudios por supresión de becas, por otra parte desempleo de maestros y profesores que hacen de taxistas en carros alquilados… La conclusión nos la da Simón Bolívar: “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”.

El sistema neoliberal multiplica la ganancia a costa de la marginación y explotación de los pobres debidas al bajo nivel escolar. No quiere gentes preparadas intelectual y profesionalmente que reclamen sus derechos, que emprendan actividades profesionales, que investiguen caminos alternativos de economía solidaria. No le importa a un gobierno neoliberal que los pobres no puedan salir de la pobreza por falta de educación. Prefiere que se hundan en la violencia que el mismo sistema permite y fomenta.

Por este motivo decía Helder Cámara, gran obispo de Brasil y mentor de la Iglesia de los Pobres en América Latina, habló sobre las protestas violentas y los levantamientos de los pobres que no encuentro caminos para educarse ni alimentarse: “Hay tres tipos de violencia. La primera, madre de todas las demás, es la violencia institucional, esa que aplasta y humilla a millones de hombres, violencia con ruedas silenciosas y bien engrasadas. La segunda es la violencia revolucionaria que surge del deseo de abolir la primera. La tercera es la violencia represiva, que se convierte en auxiliar y cómplice de la primera violencia, la que engendra todas las demás. No hay peor hipocresía que llamar violencia sólo a la segunda, pretendiendo olvidar la primera que la engendró y la tercera que la niega.” Martín Luther King, el líder de los negros norteamericanos, decía en el mismo sentido: “La protesta es el lenguaje de los que no se quiere escuchar”. Por eso el papa Francisco clamó recientemente: “No dejemos robar a las nuevas generaciones la esperanza en un futuro mejor". La educación es para humanizarnos y hermanarnos.

Todo esto nos ayuda a evaluar los candidatos del proceso electoral que está en marcha: ¿Qué dicen sobre la educación? ¿Qué proyecto tienen para aumentar el presupuesto del ministerio de educación? Nos marean con soluciones ilusorias para eliminar la violencia, pero no señalan las causas. Una de las causas de la actual violencia es la falta de oportunidades para crecer en educación intelectual y profesional.

En días recientes, se nos comunicaba unos 10 caminos para crecer en educación y sabiduría. Estos son los siguientes: 1. Aprender a crecer con la sabiduría y los procesos de los pueblos. 2. Dejarnos mover por la utopía: generar alternativas y ser personas alternativas. 3. “Sin visiones nos perdemos”: mover y renovar nuestra mirada. 4. Creer en lo pequeño y crear con lo pequeño. 5. La sabiduría ancestral nos guía hacia el convivir armonioso. 6. Los conocimientos nos guían hacia el desarrollo humano integral. 7. La educación escolar nos abre al grito de los pobres, al susurro de las mujeres y a la voz de la Madre Tierra. 8. Las capacitaciones hace fluir la verdad y la bondad en un contexto de mentira y maledicencia. 9. La profesionalidad nos da la auténtica autoridad que es cercanía, servicio y coherencia de vida. 10. Los estudios nos abren a los nuevos lenguajes de la comunicación virtual y la inteligencia artificial.

Conozcamos las cosmovisiones indígenas que nos abren a los nuevos horizontes del Bien vivir personalmente, el Bien actuar colectivamente, la Vida buena de las utopías de nuestro continente de “la Tierra sin Mal”, porque las utopías son la motivación de una vida con sentido y felicidad. Exijamos educación gratuita ya que la Constitución señala el mínimo del presupuesto para la educación y que no se respeta, porque para eso pagamos impuestos. Denunciemos la perversidad de un sistema que nos quita el derecho a la educación gratuita desde la escuela primaria hasta los institutos de investigación. Es hora de luchar y luchar juntos por nuestra verdadera dignidad.

  1. ELECCIONES: EL PAPA FRANCISCO Y LA POLÍTICA, Pedro Pierre. Julio 12.

En este tiempo de elecciones, es bueno para los cristianos recordar unas orientaciones del papa Francisco que nos ayuda a regresar a las fuentes de nuestra fe, es decir, el testimonio de Jesús y la práctica de las primeras Comunidades cristianas. Su primera carta encíclica de 2013, “La alegría del Evangelio” tiene, por un parte, fuertes condenas a sistema neoliberal que nos organiza y, por otra, hace llamados a los cristianos a sustituirlo. Podemos recordar ‘los 4 NO’ del papa: “¡No a una economía de exclusión!” porque “la economía mata y Dios dijo ‘No matarás’”; “¡No a la idolatría del dinero!” porque se trata de “la dictadura de la economía”; “¡No a un dinero que domina en lugar de servir!”, porque se trata de un “rechazo de la ética y el rechazo a Dios”; “¡No a la inequidad que genera violencia!”, porque la violencia de los ricos y de un sistema injusto está al origen de la violencia de los pobres. Luego el papa retoma una frase del papa Benedicto 16: “la Iglesia ni puede ni debe quedar al margen en la lucha por la justicia” e insta a todos los cristianos, pero también a los sacerdotes, a preocuparse por la construcción de un mundo mejor.

Otra de las intervenciones del papa Francisco que llama la atención es su ‘Mensaje por la paz’ del 1 de enero de 2019, donde nos habla de la importancia del compromiso político. El tema era: “La buena política al servicio de la paz”. El papa afirma que “la política es un vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre, pero cuando aquellos que se dedican a ella no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción”. Creo que en Ecuador hemos llegado a esta “opresión, marginación e incluso de destrucción”.

¿Qué remedios nos propone el papa Francisco? Primero nos habla de la importancia de la política y de la necesidad de implicarnos en ella: “Dice Jesús: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Como subrayaba el Papa san Pablo VI, «tomar en serio la política en sus diversos niveles -local, regional, nacional y mundial- es afirmar el deber de cada persona, de toda persona, de conocer cuál es el contenido y el valor de la opción que se le presenta y según la cual se busca realizar colectivamente el bien de la ciudad, de la nación, de la humanidad». En efecto, la función y la responsabilidad política constituyen un desafío permanente para todos los que reciben el mandato de servir a su país, de proteger a cuantos viven en él y de trabajar a fin de crear las condiciones para un futuro digno y justo. La política, si se lleva a cabo en el respeto fundamental de la vida, la libertad y la dignidad de las personas, puede convertirse verdaderamente en una forma eminente de la caridad.”

La política, según el papa, es “el compromiso por el bien común… Es un programa con el que pueden estar de acuerdo todos los políticos, de cualquier procedencia cultural o religiosa, que deseen trabajar juntos por el bien de la familia humana, practicando aquellas virtudes humanas que son la base de una buena acción política: la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad, la fidelidad… A este respecto, merece la pena recordar las ‘bienaventuranzas del político’: Bienaventurado el político que tiene una alta consideración y una profunda conciencia de su papel. Bienaventurado el político cuya persona refleja credibilidad. Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés. Bienaventurado el político que permanece fielmente coherente. Bienaventurado el político que realiza la unidad. Bienaventurado el político que está comprometido en llevar a cabo un cambio radical. Bienaventurado el político que sabe escuchar. Bienaventurado el político que no tiene miedo.”

Después de enumera los vicios de la mala política, el papa habla también de “la buena política (que) promueve la participación de los jóvenes y la confianza en el otro. Cuando el ejercicio del poder político apunta únicamente a proteger los intereses de ciertos individuos privilegiados, el futuro está en peligro y los jóvenes pueden sentirse tentados por la desconfianza, porque se ven condenados a quedar al margen de la sociedad, sin la posibilidad de participar en un proyecto para el futuro… Cada uno puede aportar su propia piedra para la construcción de la casa común. La auténtica vida política, fundada en el derecho y en un diálogo leal entre los protagonistas, se renueva con la convicción de que cada mujer, cada hombre y cada generación encierran en sí mismos una promesa que puede liberar nuevas energías relacionales, intelectuales, culturales y espirituales.”

Termina el papa su mensaje con la invitación a “recurrir siempre al espíritu del Magníficat que María canta en nombre de todos los hombres: «El Todopoderoso hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes».”

Sobre este compromiso político de la fe, también podemos recordar el mensaje del papa en Bolivia, en 2015, cuando se encontró con las Organizaciones populares: “Hablamos de la necesidad de un cambio, un cambio de estructuras, para que la vida sea digna… La política está fundamentalmente en manos de los pueblos… Las «3-T»: Tierra, Techo y Trabajo para todos son un proyecto-puente de los pueblos. ¡Rebélense contra la tiranía del dinero! ¡Sean solidarios! ¡Revitalicen la democracia! ¡Sean austeros! ¡Huyan de la corrupción!”. El papa retoma esta misma temática en 2016, cuando califica al sistema capitalista de “terrorista” … que debe ser “cambiado”.

Las palabras del papa son un desafío para los cristianos y para ‘los hombres y mujeres de buena voluntad’. ¡Sepamos, en estas elecciones, escuchar esta voz del papa y aportar nuestro granito de arena para un Ecuador mejor!

3. “¡NOS VENDEN HUMO!”, Pedro Pierre

Es lo que pasa en todas las campañas electorales: hacer promesas que, en muchos casos, no se cumplirán. “¡No venden humo!” porque estas promesas, en la mayor+ia de los casos no se pueden cumplir. El desafío es discernir ‘cuándo nos venden humo y cuando no’. El caso del actual gobierno es patente. Nunca se había visto hasta ahora un gobierno que, sistemáticamente, no haga obras sociales: Ni se utiliza el presupuesto asignado porque el ministro de economía no lo entrega. ¿Por qué motivo se da esto? Es muy sencillo: En nuestro país, se está aplicando estrictamente el sistema neoliberal y para eso el gobierno obedece a las orientaciones del FMI (Fondo Monetario Internacional). El FMI hace o ha hecho préstamos y exige que se pagan sin ningún retraso. Entonces se guarda el dinero en reserva para que se pague a tiempo los intereses de las deudas contraídas.

Pero el gobierno, apoyado irrestrictamente por los grandes medios de comunicación y por la represión policial y militar, no es el único culpable. Mucha gente está creyendo ciegamente que ‘la política es sucia’ y que no tenemos que meternos en ella… Es justamente lo que quieren el gobierno y los partidos políticos que lo apoyan o que quieren alcanzar el poder y continuar con el sistema neoliberal. Así nos van engañando, nos van manipulan, nos van ‘vendiendo humo’ … para seguir gobernándonos para el beneficio de ellos y a costa nuestra.

‘Nos venden humo’ todos los candidatos que apoyan el sistema neoliberal porque es un sistema construido por los grandes ricos para conservar su capacidad de acumular riquezas sin límite. Por eso también quieren que no nos interesemos en la política afín que ellos sigan sin problemas siendo cada vez más ricos. Tradicionalmente la jerarquía católica y el clero en general han estado ligados a los ricos y a sus gobiernos, y han utilizado la religión y el púlpito para machacar que ‘los cristianos no se deben meter en política’ … aunque sin nunca explicar por qué motivos, explicándonos que Jesús y la fe en él son exclusivamente relacionados a lo espiritual, al cielo y a la salvación después de la muerte.

En la Iglesia católica, las cosas han comenzado a cambiar con el Concilio Vaticano 2°, esta reunión de unos 1,400 obispos de todo el planeta, convocado por el papa Juan 23 en 1961 para actualizar el pensamiento y la misión de la Iglesia. Esta reunión tuvo 4 sesiones en los años 1962 a 1965. La gran novedad fue la invitación a regresar a la persona de Jesús, su vida, su mensaje y su misión al servicio del Reino. La Iglesia debe ser un testimonio colectivo de la vida, del mensaje y de la misión de Jesús…. Dijo el Concilio que la primera misión de la Iglesia era la de Jesús, es decir, la construcción del Reino, o sea de la fraternidad y que no hay fraternidad sin igualdad. ¡Menudo compromiso que todavía no ha sida captado por un número significativo de obispos, sacerdotes y laicos! En el Concilio lo obispos dijeron que la Iglesia era ‘Pueblo de Dios’ y no solo jerarquía o clero. Además afirmaron que el Pueblo de Dios en su conjunto tenían un ‘sentido correcto de la fe’ que debía ser escuchado y asumido por la jerarquía.

Resumiéndolo, diremos que su mensaje principal fue: “Seamos una Iglesia pobre y servidora a la manera de Jesús”. Reapareció la importancia de todos los bautizados para reconocer lo que nos decía Dios y Jesús en los tiempos actuales para hacer presentes el Reino de Dios en la vida cotidiana, social, económica y política. El Concilio, que es la máxima autoridad en la Iglesia católica, proclamó que la Iglesia en general estaba al servicio del Reino, o sea, de la humanización de las personas y de la fraternidad universal. Eso era su primer servicio, imitando a Jesús.

La novedad de estos tiempos es el testimonio del papa Francisco que nos invita a volver al Concilio Vaticano 2°, continuar sus orientaciones y actualizar sus intuiciones: Ser servidores del Reino y conformarnos en una pobreza que es solidaridad con los pobreza y eliminación de la miseria. Por eso ha lanzado en gran proyecto de la ‘sinodalidad’. La sinodalidad quiere ser un regreso a las fuentes del cristianismo, un volver a Jesús y a su misión del Reino, un seguimiento de las prácticas de las primeras Comunidades cristianas. El bautismo es el gran motivador de estas opciones porque nos hace a todos iguales e igualmente responsables, porque hemos sido marcado por la unción del crisma que nos hace a todos ‘profetas, sacerdotes y reyes-pastores’.

Esta renovación eclesial nos plantea enfrentar el compromiso político de nuestra fe. Si la política es fundamentalmente el servicio de bien común para el bienestar de todas y todos, es también el compromoso de todos los ciudadanos, en particular de los cristianos que son, según la palabra de Jesús, “sal, luz y fermento” de un mundo nuevo conforme a los valores del Reino: la hermandad universal.

En nuestro Ecuador mayoritariamente cristiano, si seguimos la manera de vivir de Jesús, su mensaje y su misión al servicio del Reino, como también el testimonio de las primeras Comunidades cristianas, estaríamos mucho más empeñados a comprometernos por la fraternidad sin frontera, la superación de la miseria, la lucha contra las desigualdades, la defensa de los derechos humanos… Todos estos compromisos son íntimamente relacionados con una política al servicio del bienestar de todos… De esta manera, los gobiernos neoliberales y los malos políticos no se dedicarían a “vendernos humo” con tanta facilidad.

4. EL PROBLEMA SOMOS NOSOTROS Y LA SOLUCIÓN TAMBIÉN, Pedro Pierre

La situación del Ecuador es de las más catastróficas. La falsa solución es, por un parte, echar la culpa a los demás y, por otra, esperar que la solución venga de algún salvador. Ahora es una evidencia, “¡con Correa estábamos mejor y mucho mejor!”. Pero ahora ni Correa ni la Revolución Ciudadana nos van a salvar inmediatamente del caos actual. Eso no se podrá hacer sin la participación activa y organizada de todos nosotros y nosotras. La razón de esto es sencilla: Somos nosotros que hemos permitido estar cómo estamos. Claro, Lenin Moreno nos ha traicionado, pero no solo lo hemos dejado continuar traicionándonos, sino que, al aprobar la consulta popular del ‘7 veces SÍ’, lo hemos confirmado en su traición. Luego hemos repetido el mismo error con Guillermo Lasso al votar por él o al votar nulo. Después de su elección, que califico de fraudulenta, hemos aceptado que siga de presidente. También hemos dejado que venga y siga el FMI (Fondo Monetario Internacional) para imponernos el neoliberalismo que descuida la salud y la educación, se despreocupa de arreglar las carreteras, privatiza la mayoría de las grandes empresas nacionales y termina fomentando y entregando el país a las multinacionales (¡ya es realidad para las Islas Galápagos!), a las mafias internacionales del narcotráfico y a la delincuencia organizada (miremos las cácele). De todo esto, por nuestra indiferencia, pasividad y complicidad, somos responsables por omitir de impedirlo. Nosotros somos el problema del Ecuador tal como está. Pero también somos la solución si así lo queremos, en particular con las próximas elecciones si votamos por quienes son capaces de reconstruir el país con nuestra colaboración decidida.

Los cristianos tenemos a nuestra disposición unas 3 opciones para aportar nuestra colaboración para otro Ecuador posible y urgente, porque Jesús de Nazaret ha venido para una salvación y una liberación que comienza en esta tierra y en nuestro país gracias a nosotras y nosotros.

La primera alternativa es la conocida ‘opción por los pobres’ que es triple compromiso: opción por las causas de los pobres, opción por la pobreza digna y opción contra la miseria. Se trata de seguir el ejemplo de Jesús de Nazaret que ‘siendo rico se hizo pobre’ y asumió las causas de los pobres para jacer retroceder la miseria e implantar una pobreza digna. La pobreza digna es una opción de vida sencilla, solidaria e igualitaria. En este asunto el problema no es la pobreza, sino la riqueza que es la acumulación de bienes a costa del empobrecimiento de los demás: la riqueza es el resultado del despojo de otros, porque les quita lo les pertenece por derecho. Somos pobres dignos cuando vivimos sencillamente, es decir, con lo necesario, cuando compartimos y cuando no explotamos a nadie. Somos ricos y condenados por Jesús cuando acumulamos bienes innecesarios, cuando no compartimos y cuando explotamos a los demás. Las desigualdades son creadas por la acumulación de bienes: Traen pobreza, o sea miseria, desempleo, robo, delincuencia, migración y corrupción. En consecuencia tenemos que ubicarnos y calificarnos para saber reconocernos cuando somos pobres dignos y cuando somos ricos despojadores de los demás. De esta manera podremos corregirnos y desterrar la mucha violencia que nos destruye a diario.

La segundo alternativa es la construcción del Reino de Dios en la tierra, aquí y ahora. El Reino no es primero del cielo o para el cielo, sino para nuestra tierra, nuestro país, nuestro lugar de vida, nuestra familia y nuestra misma vida personal. En su Carta pastoral “Todos somos hermanos y hermanas”, el papa Francisco lo califica de “fraternidad sin frontera, amistad social, amor político y fe liberadora”. El Reino es la organización de esta ‘fraternidad, amistad, amor y fe’ en nuestra vida diaria, personal, profesional, social y políticamente. En consecuencia tenemos que ubicarnos y calificarnos para reconocer cuánto estamos construyendo el Reino, o sea, la fraternidad y la paz social, y cuánto las estamos destruyendo. De esta manera podremos corregirnos y desterrar la mucha desorganización que nos destruye a diario.

La tercera alternativa es la vida en comunidad. Estamos hechos para vivir en comunidad. El individualismo, la indiferencia y la pasividad colaboran para nuestra autodestrucción y nuestra desgracia. Felizmente nuestras raíces ancestrales valoran mucho nuestra dimensión comunitaria: Somos humanos cuando somos hermanos solidarios. Eso es nuestra identidad de personas y de pueblo latinoamericano. Si no, nos degradamos, nos destruimos personal y colectivamente. Colaboramos al caos y a la catástrofe en la que nos hundimos irremediablemente. En consecuencia tenemos que ubicarnos y calificarnos para reconocer cuánto estamos viviendo comunitariamente o cuánto colaboramos con el individualismo destructor. De esta manera podremos corregirnos y desterrar la mucha desorganización que nos deshumaniza a diario.

La solución de los problemas sociales y personales están en nuestras manos y a nuestro alcance. Depende de nuestra decisión personal, de nuestra voluntad individual: pobreza digna, hermandad universal y dimensión comunitaria. Este proyecto colectivo comienza con el compromiso de cada uno. ¿Estará en el programa de algunos candidatos del actual proceso electoral? Si no está, ¿qué esperamos para incidir en las promesas de campaña?… pero todo comienza por nosotros y nosotras, porque ‘nosotros somos la solución’, desde nuestra pobreza digna, nuestra fraternidad alegre y nuestra organización creciente. Si queremos un Ecuador mejor comencemos dando un primer paso. Así empezará a hacerse realidad. El éxito está en empezar.


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