miércoles, 6 de marzo de 2024

Artìculos de enero de 2024

 

ESTIMADOS/AS AMIGOS/S Y COMPAÑEROS/AS DE CAMINO, 

BUENOS DÌAS, esoerando estèn bien

He aquí mis artículos de enero de 2024

1.      Mañana no existe: Lo hacemos nosotros… o sea, cada uno y cada día.

2.      La primera violencia es la del sistema… Las demás son consecuencias del sistema neoliberal.

3.      Los sacrificados en el altar de la patria… son los jóvenes que pagan los pecados de los adultos.

4.      Vivir o morir por una causa noble… ¿es la meta de nuestra vida?

 

 

1.      MAÑANA NO EXISTE: LO HACEMOS NOSOTROS, Pedro Pierre

Comenzar un nuevo año es despertar esperanza, confirmar caminos y emprender proyectos... porque ayer es historia, mañana es desconocido y hoy es un regalo de la vida y de Dios, para que podamos dejar huellas. En medio de la noche, demos testimonio del día y preparemos la aurora: Quedará de nosotros lo que hemos dado. Por todas partes hay personas que luchan, destellan esperanza y son signos de tiempos nuevos y mejores. Se trata de vivir simplemente en un mundo complicado y hostil, de ser justos en medio de la injusticia, honestos en medio de la corrupción, compasivos en medio de la indiferencia, alegre en medio de la tristeza. Navidad nos ha recordado que Jesús viene en las periferias y en ‘el revés del mundo’. Nos dice que la vida, la novedad y el Reino brotan desde los descalificados. Nos confirma que Dios no desespera nunca que su Reino triunfará en medio de las peores desgracias: Ni la muerte será capaz de enterrarlo. Jesús y sus comunidades de seguidores son testigos vivos de esta necedad divina.

Eso es lo que tenemos que repetirnos para vivirlo en la realidad bastante desesperanzadora que nos toca. El nuevo gobierno es la continuidad caótica del anterior y, en nuestra Iglesia católica, la sinodalidad es un sueño descartado por la mayoría del clero y muchos bautizados que prefieren una religión adormecedora que confirme su afán de poder, privilegios y tranquilidad. La consulta popular no es más que la repetición de las anteriores, innecesarias, engañosas y perversas, porque desplazan las prioridades, eluden los problemas y profundizan la dominación, las desigualdades, la malicia y el saqueo de los poderosos. Al nivel internacional continúa el genocidio implacable del gobierno israelí contra los palestinos y la destrucción de Ucrania por el ejército ruso. Estos desastres humanitarios se dan gracias al apoyo interesado de Estado Unidos y Europa a Netanyahu y Zelensky, mientras que una inmensidad de instituciones y personas miran por otro lado. Otra organización mundial es necesaria; otra democracia participativa es urgente; otras iniciativas ciudadanas y cristianas son posibles… si así lo decidimos.

Esa es la realidad que nos depara el año nuevo: Será lo que lo estaremos haciendo mediante nuestras decisiones y actuaciones diarias. O participamos activamente a la construcción de un futuro mejor o colaboramos con las desgracias que nos asechan. Decía Martín Luther King, el líder negro norteamericano: “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero aun no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”. Tenemos que estar seguros que somos el resultado de nuestros propios actos y de nuestras omisiones, porque sólo el presente nos pertenece y obedece a nuestras propias decisiones. Decidamos vaciar nuestras mentes de todo lo que no construye la verdad, la justicia y la fraternidad. Pongámonos a vaciar también nuestra casa de todo lo que no favorece la comunión, la participación y la acogida. Organicemos el encuentro, la unión, la organización entre vecinos y compañeros de trabajo. Capacitémonos para crecer de manera integral individual y colectivamente. Hagámonos responsables de nuestra convivencia local y nacional para que sea más armoniosa. Seamos unos creyentes que despiertan a la espiritualidad que necesita nuestro tiempo y que ha comenzado a desplegar la nueva generación lejos de los tradicionalismos que nos paralizan. No se trata de esperar que otros lo hagan o comiencen primero, sino empezar ya nosotros mismos. Cosecharemos lo que sembramos, pero necesitamos la paciencia y la tenacidad del campesino que remueve la tierra, la cuida, la riega agua, combate las malas hierbas y acompaña la indispensable maduración. Se trata de pasar de ‘lo mío’ a ‘lo nuestro’ para hermanarnos entre todos. Todo eso lo podemos hacer… si así lo decidimos individual y colectivamente.

La conclusión de dos años de preparación del Sínodo sobre la Sinodalidad fue la invitación siguiente, inspirada del profeta Isaías: “Ensancha las butacas de tu carpa”. A cada uno nos toca discernir dónde ‘ensanchar’ nuestra visión, nuestros proyectos y nuestros compromisos… sabiendo que otros lo están haciendo. Logramos la vida y el mundo que soñamos es la tarea si nos compromete en el diario vivir, porque allí está la clave de nuestra felicidad.

¡Feliz año de lucha, esperanza y fraternidad!

 

2.      LA PRIMERA VIOLENCIA ES LA DEL SISTEMA NEOLIBERAL, Pedro Pierre

Estamos en un nuevo encierro para protegernos de la violencia militar… porque la violencia delincuencial nació de la falta de empleo: ¡2 ecuatorianos en edad de trabajar no encuentran trabajo! La corrupción generalizada a nivel del Estado infiltrado por el tráfico de droga, la parcialización política de la justicia al más alto nivel, la salud y la educación descuidada y cara, la despreocupación del gobierno por la juventud, los pactos gubernamentales con las bandas delincuenciales con la entregar las cárceles a sus jefes, la explotación laboral indiscriminada, las campañas de odio y de mentira de los medios de comunicación … todo eso ha llevado a la actual situación de caos. El gobierno está ‘persiguiendo’ las consecuencias y no las causas de la violencia y los jóvenes, culpables y no culpables están a pagar el precio alto de la guerra a la narco-delincuencia, cuando los responsables son los 2 gobiernos anteriores -los de ”cuello blanco”- que permitieron y hasta facilitaron el comercio de las drogas para que las bandas de jóvenes se maten entre sí y nos extorsionen. La embajada norteamericana nos avisó que el tráfico de drogas se hacía con la complicidad de cuadros mayores del ejército y de la policía.

Las futuras cárceles de ‘última generación’ no van a resolver los problemas de desempleo, de corrupción estatal y de acumulación de la riqueza en pocas manos. Ni tampoco la consulta popular de ¡20 preguntas! que no es más que una cortina de humo  De paso se quiere aumentar el IVA de 12 a 15%... haciendo pagar a todos los ecuatorianos la falta de dinero estatal… Mientras tanto no se habla de cobrar a los bancos los 5’000 millones que deben, ni los 2’000 millones de las empresas evasoras de impuestos, ni los 82 millones del grupo Noboa de deuda al mismo SRI… más bien los poderosos de siempre  van a ser beneficiados con la nueva ley aprobada para facilidades financieras y zonas francas sin obligaciones laborales… Los bancos y los grandes grupos financieros siguen escondiendo su dinero en los paraísos fiscales ya que no hay control de salida o entrada de devisas ni tampoco radiografía de los contenedores que exportas desde los puestos nacionales bananos y otros productos.

               Después de dos gobiernos pactando con los delincuentes y las mafias internacionales de las drogas, obedeciendo a los intereses norteamericanos, están a la vista los resultados del sistema perverso que nos gobierna. Vamos a seguir peor con un gobierno de los empresarios asesorado por el fMI (Fondo Monetario Internacional) que organiza el saqueo del país y de las materias primas a favor de las grandes multinacionales… porque no se quiere ver ni perseguir las causas que han conducido al actual desastre nacional. Con todo, es imposible que haya empleos para los jóvenes, vida digna, casas, salud, educación, progreso y tranquilidad para la mayoría de los ecuatorianos. Ha aumentado el monto de las remesas enviadas por los migrantes porque han aumentado la pobreza, las desigualdades y la migración. Han aumentado también el egoísmo, la indiferencia, el individualismo que se hacen cómplices y encubridores de lo que está pasando. Todo esto con las últimas elecciones manchadas de sangre con el asesinato de 8 personas por nuestras mal llamadas “élites nacionales”. Ahora se pregunta en redes sociales y en TVsur si el asalto al Canal TCTelevisión de Guayaquil, que ha causado conmoción nacional y pánico en las grandes ciudades del país, no ha sido un show preparado de antemano… Todo es posible en mi querido país, lastimosamente.

               Para los cristianos y los hombres y mujeres de buena voluntad, nos ilumina la Palabra de Dios que nos dice mediante san Pablo: “Las raíces de todos los males está en la ambición del dinero”. Juan Bautista sigue orientando a los militares: “No abusen de la gente, no hagan denuncias falsas y conténtense con su sueldo”. El profeta Isaías sigue gritando: “¡Pobres de aquellos que dictan leyes injustas y ponen por escrito los decretos de la maldad! ¡Dejan sin protección a los pobres de mi país, roban a los pequeños de sus derechos, dejan sin nada a la viuda y despojan al huérfano!” El apóstol Santiago denuncia: “Ahora les toca a los ricos: lloren y laméntense… Han conocido sólo lujo y placeres en este mundo, y lo pasaron muy bien, mientras otros eran asesinados”.

               En días recientes advirtió el papa Francisco: “La medida de una civilización se ve por cómo se trata a los más vulnerables… La solidaridad, además de ser una virtud moral, es una exigencia de justicia, que requiere corregir las distorsiones y purificar las intenciones de los sistemas injustos, también mediante cambios radicales de perspectiva en el compartir los desafíos y los recursos entre los hombres y entre los pueblos… Combatir la plaga de la corrupción, los abusos de poder y la ilegalidad". Hace falta más coherencia y profetismo en los que nos decimos cristianos y los que pastorean a las Iglesias.

En la actual realidad ecuatoriana, todas y todos necesitamos arrimar el hombro para lograr las transformaciones necesarias y urgentes. Individualmente, debemos vivir en la sencillez, la fraternidad, el compartir y la ayuda mutua. La tarea es también colectiva, porque es en grupos y comunidades que podemos entender, vivir y actuar mejor. Pongámonos como prioridad informarnos y formarnos mejor para ser más conscientes, organizados y valientes. Espiritualmente, tenemos que encontrar en la fe y el humanismo el ánimo necesario para vivir mejor personalmente y construir juntos un Ecuador de fraternidad y de progreso. Socialmente, unámonos a las personas y organizaciones que estén en esta dinámica. ¡O nos salvamos entre todos o nos perdemos irremediablemente!

 

3.      LOS SACRIFICADOS SOBRE EL ALTAR DE LA PATRIA, Pedro Pierre

Comenzaré recordando la frase de Dios a través del profeta Isaías: “Te tengo grabado en la palma de mis manos”. Dios nos tiene grabado a todos -o como dice el papa Francisco: “Todos, todos y todos”- en la palma de sus manos y en  el interior de su corazón… Digo eso porque, en nuestros días, hay demasiada maldad en nuestra patria.

Para resolver los problemas de la delincuencia, la violencia callejera, los asesinatos, el tráfico de drogas, o el fin de los grupos narco-terroristas, unos piden la pena de muerte, otros el libre porte de armas, otros el regreso de ‘salvadores’ como Pinochet o León Febrés Cordero, otros la intervención del ejército norteamericana. Estas actitudes me pareces bastantes perversas y cobardes. Esconden el fracaso de estas personas que no han podido o no han colaborado a construir un Ecuador de justicia y fraternidad. Tienen poca dignidad personal y poco orgullo nacional porque creen que aquí nadie, como persona o como grupo, sea capaz de ayudarnos a todos a ser un Ecuador mejor, equitativo y en paz.

Después de unas 2 semanas de intervención de las fuerzas armadas y policiales con derecho a matar, uno de los resultados es el arresto de unos 1,500 jóvenes. ¿Por qué no están perseguidos y castigados los verdaderos traficantes de drogas -los de ‘cuello blanco’- que se encuentran tranquilos y felices en otros países, en algunos ministerios de los 2 últimos gobiernos, en las instituciones judiciales o en la misma policía y ejército? Por otra parte el maltratado a jóvenes apresados es evidente: En Esmeraldas uno falleció, tal como lo denuncia valientemente el obispo de la ciudad.

Es cierto que hay que combatir y detener la actual situación de tráfico de drogas, violencia mortal, sicariatos, robos, extorsión… Es cierto también que los autores de tales delitos deben ser castigados; por eso están las leyes existentes y los decretos presidenciales. Pero falta subsanar lo más importante que resumiré en 2 aspectos: el desempleo y el quemeimportismo.

Comencemos por el desempleo. ¿Por qué tantos jóvenes desde 2 décadas o más se dedican cada vez más al tráfico de drogas? Simplemente porque no encuentran más alternativa. No tienen oportunidades de trabajo, muchos viven en casas indecentes, comen mal, no tienen acceso a una atención sanitaria y educativa satisfactoria… Se sienten juzgados y condenados porque los últimos gobiernos desatienden estas responsabilidades suyas y porque la mayoría de los ciudadanos nos reclamamos la vigencia de sus derechos básicos. Más bien apoyamos y hemos votado por un sistema económico y político que destruye estos derechos por concentrar más privilegios y riquezas en una minoría de personas que nos mienten, nos engañan y terminan matando a nuestra juventud. Somos cómplices y encubridores de la delincuencia de nuestros jóvenes, porque no trabajamos a la vigencia de los derechos elementales que les corresponden, como es el empleo el primero de ellos.

Pasemos al quemeimportismo. ¿Quién de nosotros, cuando niño o adolescente, no hemos realizado alguna travesura o, digamos, tal vez alguna fechoría más grave? ¿Cómo se han portado nuestros padres? Han tenido 2 actitudes. Por una parte, nos han dado el merecido castigo para que nuestro cuerpo se acuerde que tiene que haber respeto a un orden convivial. Por otra parte, siendo padres y madres, y dejando pasar algo de tiempo, nos han vuelto a aconsejar, nos han abrazado y han continuado de amarnos. Para un padre y una madre no hay hijos malos, sino sólo hijos y siempre hijos.

Cuando los problemas son nacionales como en este momento, está de por medio “la madre patria”, que debe tener estas mismas actitudes de nuestros padres: la corrección, la educación y el abrazo. La ‘madre patria’ somos todos nosotros junto a nuestras autoridades. ¿Por qué hoy es la patria, -o sea, todos nosotros-, sólo la que corrige y castiga sin piedad, hasta matar a veces? ¿Por qué hoy es la patria, -o sea, todos nosotros-, tan poco educadora y testimonio ejemplar? ¿Por qué hoy la paria, -o sea, todos nosotros-, se ha olvidado tanto de amar y abrazar a jóvenes que tanto lo necesitan? ¡Cuánto quemeimportismo entre nosotros y nosotras! ¡Qué perdida de humanidad en nuestras relaciones! ¡Qué poca inteligencia para entender que Ecuador somos una sola familia! ¡Qué pobre corazón el nuestro cuando descuidamos los mejor de una nación: nuestros hijos menores, adolescentes y jóvenes! ¡Qué tan bajo en la animalidad hemos caído! ¡Qué poca fe cristiana es la nuestra, traicionando así el rostro amoroso de Dios como padre y madre!

El futuro lo preparamos nosotros hoy, los amasamos nosotros hoy, los sembramos nosotros hoy, junto a nuestros niños, adolescentes y jóvenes: ¿Acaso no son ellos los frutos de nuestras entrañas? Ecuador es en este momento un país fallido, porques estamos fallando nosotros los adultos. Y ¡feliz año! seguimos diciendo a diestra y siniestra. Somos unos hipócritas y cobardes si dejamos a nuestros jóvenes siendo maltratados, humillados, muertos, sin consejos ni abrazos. ¿Qué más que desesperación pueden sentir en su desgracia? Esa es la conmoción nacional que deberíamos sentir en estos momentos. ¿Cuándo vamos a perder el miedo a ser verdaderamente humanos, es decir, a ser nuevamente hermanos, hijos e hijas todos y todas de la única patria ecuatoriana? ¿A quiénes se está ‘sacrificando’ actualmente en el altar de la patria: los jóvenes presos de las drogas? ¿Y por qué no a los cobardes, los qumeimportistas, los hipócritas, los cómplices, los encubridores, los altos responsables? ¿No tendríamos que ‘sacrificarnos’ todos y todas un poco más sobre el suelo patrio? O bien ¿es que Dios va a desaparecer el tatuaje de nuestros nombres que tiene grabado en la palma de sus manos y al interior de su corazón?

Nota: Carta de un amigo brasileño.

“Asustan las noticias que llegan aquí desde Ecuador: un país incapaz de controlar a las milicias narcotraficantes. Sabemos bien que la "guerra contra las drogas" es poco más que un pretexto para mantener el dominio imperial estadounidense, pero quienes pagan el precio son los pobres, especialmente los jóvenes. Sientan nuestra solidaridad como una mano que se junta para darles un poco de fuerza.”

 

4.      VIVIR Y MORIR POR UNA CAUSA NOBLE, Pedro Pierre

Cada vez más personas y colectivos se levantan para denunciar los abusos de ‘la guerra’ contra los jóvenes ecuatorianos pobres: Madres de jóvenes arrestados y maltratados, otros grupos denuncian irrespeto a los derechos humanos, el obispo de Esmeraldas denuncia la muerte de un joven apresado, responsables barriales reconocen decenas de desaparecidos, ausencia de informaciones sobre los lugares de detención, la muerte de 13 personas el primer día de las operaciones conjuntas de la policía y el ejército. ¿Y los demás días?

Nos matamos entre nosotros. Esto vale para los policías y los militares como para los grupos delincuenciales. “Un reino divido entre sí no puede subsistir”, decía Jesús. Y en su tiempo el profeta Isaías: “¿Para qué van a gastar en lo que no es pan y dar su salario por cosas que no alimentan?” Todo esto es una invitación para preguntarnos: ¿En qué me gasto la vida?

No faltan las personas y los grupos que nos dan ejemplo de vida entregada hasta la muerte por una causa justa, noble, grandiosa. Acabamos de enterarnos de la muerte de la senadora colombiana Piedad Córdoba que pasó su vida defendiendo los derechos humanos, trabajó incansablemente por la paz entre las guerrillas y el gobierno, defendió la dignidad de sus compatriotas negros… Chico Méndez en Brasil fue asesinado por defender la Amazonía, en Estados Unidos el pastor Martin Luther King por los derechos de los negros, Nelson Mandela en África del Sur por el fin de la colonización en su país, Mahatma Gandhi por la independencia de India, monseñor Oscar Romero por defender a los pobres de su país asesinados por el ejército salvadoreño, Ernesto Che Guevara por la liberación de Cuba, varios países de África, Bolivia, América Latina… No faltan colectivos internacionales que se dedican, hasta el don de la vida, por las causas de la paz, la salud, la educación, el agua, la ecología, la defensa de pueblos indígenas…

Por eso pregunto: ¿Por qué tantos jóvenes se dedican a apoyar el tráfico de droga, el sicariato, el robo, la extracción…? cuando se sabe que es una apuesta para la muerte, muchas muertes: muertes de los consumidores con tantos daños para sus familiares, muertes de personas inocentes por la espiral de la violencia, muertes en las bandas que se enfrentan por más territorio, muertes ahora de tantos jóvenes en manos de la policía y el ejército… mientras los verdaderos responsables viven tranquilos en urbanizaciones privadas y exclusivas o en residencias de lujo de Estados Unidos. “Sabemos bien que la guerra contra las drogas es poco más que un pretexto para mantener el dominio imperial estadounidense, pero quienes pagan el precio son los pobres, especialmente los jóvenes.” ¿Hasta cuándo permitiremos tales masacres?... hasta que desterremos el sistema neoliberal que nos gobierna y que, por inconsciencia, ignorancia, indiferencia y complicidad mantenemos vigente en nuestro país.

Monseñor Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil, recientemente expuso en el cierre del XXVIII Congreso Interamericano de Educación su punto de vista sobre la situación actual de violencia en nuestro país.

“Cuando hablo de ese tema, vienen a mi mente todos los cientos de miles de niños que se encuentran en estas zonas sin estudio, sin trabajo, sin salud… ¿Qué van a hacer? Desde luego, no quiero justificar de ninguna manera, pero son condiciones que explican sus actuaciones… La violencia es un síntoma de algo más profundo… Comienza por la falta de educación, salud, vivienda y trabajo. Este es el caldo de cultivo donde fácilmente los grupos organizados hacen presa fácil a niños y jóvenes para convertirlos en sicarios y extorsionadores. Son problemas estructurales que vienen de décadas atrás, pueblos completamente abandonados y eso nos parte el alma. Quizá la principal causa, la más desafiante, es la pobreza.”

“Estamos llamados a vivir en un ambiente donde puedan encontrarse como seres humanos, como compañeros, amigos y porque no, como hermanos… Como Iglesia hacemos nuestra parte, pero sabemos que no es suficiente… ¿Qué pasa con los miles y millones de personas abandonados a su suerte?”

“Yo creo que debemos sensibilizarnos con hechos concretos, expresiones reales, de tal manera que no se quede en un sentimentalismo, una quimera, un sueño lejano porque al final las personas seguirán muriendo de hambre y nada haremos… Invito a las autoridades a ir a las causas de los problemas… Exhorto al Estado a invertir en salud, educación, vivienda y trabajo, para que las personas tengan los medios dignos para vivir como seres humanos y no busquen otras salidas. Invitamos a las entidades estatales y la sociedad civil a unir fuerzas, voluntades y corazones, para que las personas puedan recuperar la paz.”

El compromiso está claro: Es el de ‘las entidades estatales y el de la sociedad civil’, sabiendo que las unas, entidades estatales, son como ‘la cabeza’ y la otra, ‘la sociedad civil’ o sea todos nosotros, somos como ‘los pies’. En un cuerpo humano, la cabeza va adónde van los pies. Recordemos: ‘La cabeza piensa según el lugar donde pisan los pies’. Eso significa que nosotras y nosotros, como ciudadanos, tenemos la mayor responsabilidad: Conducir la cabeza adónde tiene que ir todo el cuerpo. Para lograr esto tenemos que estar organizados y capacitados. Si no tenemos información acorde a la realidad, somos como ciegos sin rumbo. Si no nos capacitamos para desvelar las causas de nuestras desgracias, siendo aquellas en la mayoría de los casos estructurales, seguiremos como borregos que nos llevan sin que nos demos cuenta, a la ‘casa de la esclavitud’ o a la ‘jaula dorada’ del capitalismo feroz. Nosotras y nosotros, conscientes, unidos, organizados y valientes, somos los actores del destino que nos merecemos, o sea, una vida digna, fraterna y equitativa. Tenemos a nuestra disposición suficientes talentos, sabidurías y oportunidades para lograrlo. Por eso nos dice el libro bíblico del Deuteronomio: “Puse delante de ti la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivan tú y tu descendencia”.

 

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