Artículos de mayo
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El Testamento espiritual del
papa Francisco
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León 14: Cierta continuidad con
Francisco
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Pepe Mujica: Referente de la
Patria grande
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Por la fraternidad sin frontera
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1. EL
TESTAMENTO ESPIRITUAL DEL PAPA FRANCISCO, Pedro Pierre
No nos
fijaremos en el texto de sus últimas voluntades, sino en su testamento
espiritual que resume su personalidad, su sabiduría y sus sueños. Como nos
damos cuenta, no paran las ediciones de documentos sobre el papa Francisco, en
particular en ese tiempo de la elección de su sucesor.
"Francisco,
el Papa de la cercanía, la escucha y la reforma, se convirtió en símbolo de una
primavera eclesial que nadie quiere ver marchitar."
"Su
funeral fue un auténtico plebiscito popular: 250.000 personas abarrotaron la
plaza de San Pedro, en una despedida que fue mucho más que un rito, fue la
expresión de un dolor auténtico y de una gratitud inmensa."
"¿Y qué
pide el pueblo de Dios? El sueño de una Iglesia de hermanos y hermanas, sin
exclusiones ni privilegios."
"El
pueblo de Dios no quiere volver atrás, ni resignarse a una primavera efímera.
Quiere una Iglesia que sea casa y escuela de comunión, donde todos puedan
encontrar su lugar y su voz."
He aquí el texto de su testamento espiritual, su mensaje personal a
todos los cristianos y a los hombres y mujeres que sueñan por otra Iglesia y
otro mundo.
“Queridos hermanos y hermanas,
Si están leyendo esto, es porque ya me
fui. Y antes de que la nostalgia les empañe los ojos, déjenme decirles algo con
la voz del alma: no lloren por mí. Sigan haciendo lío.
No viví esta vida para que me recuerden
por discursos o por fotografías. Lo único que deseé, lo único que quise con
toda mi fragilidad, fue que volvamos a mirar a Jesús. Que salgamos a la calle
con el Evangelio en los pies, con misericordia en las manos y con amor en el
corazón.
A los abuelos y abuelas: gracias. Ustedes sostienen la historia con
silencio y sabiduría. No dejen de contar sus historias. No se retiren del amor.
A los sacerdotes, a los obispos, a toda la Iglesia: no se conviertan
en funcionarios de lo sagrado. Sean pastores. Con las manos sucias de servir y
el corazón encendido de ternura.
Y a vos, que tal vez estás leyendo esto con dolor, con preguntas,
con ganas de sentir algo más… te digo: Dios no se fue. Está con vos. Aunque lo
sientas lejos, Él camina en tus pasos cansados.
Yo me voy en paz. No porque no haya
dolor, sino porque confío. Confío en ustedes. En su compasión. En su alegría.
En su fe, aunque sea chiquita como una semilla de mostaza.
Recen. Cuiden la Tierra. Defiendan la
dignidad humana. Y cuando se reúnan a comer, dejen una silla libre. Que sea
para el pobre. Que sea para Jesús.
No se olviden de rezar por mí. Yo estaré
rezando por ustedes. Siempre.
Con amor de padre,
A
cada uno nos va a llamar la atención alguna expresión particular. Personalmente
este testamento me confirma la cercanía del papa Francisco con todos nosotros a
quienes se dirige como el hermano mayor: nos considera como sus “queridos
hermanos y hermanas”. Esta igualdad entre todos los bautizados fue uno de sus
grandes sueños: el sueño de la sinodalidad, es decir, de una Iglesia de
hermanos y hermanas iguales en dignidad y firmes en responsabilidades.
Nos
comunica también una de sus preocupaciones mayores alrededor de la cual todo el
resto va ocupando el lugar que le corresponde: “Que volvamos a mirar a Jesús” …
a mirar su vida, sus palabras, sus actitudes, sus opciones, su muerte y
resurrección desde donde arrancan el sentido de la Iglesia y el compromiso de
todos los cristianos. Para Jesús todo gira en torno al Reino y a su crecimiento
desde los pobres y los que nos hacemos pobres con ellos. Eso debe ser también
nuestra opción: la construcción de fraternidad universal que comienza en la
familia y la vecindad
Los
jóvenes han sido siempre la esperanza del papa Francisco: la Iglesia no puede
quedarse en el pasado. Todos necesitamos de los jóvenes, de su “capacidad de
asombrarse. El mundo necesita su pasión, su arte, su locura hermosa por lo
justo” … Dejemos de resignarnos. Así los obispos y los sacerdotes cesarán de
ser “los funcionarios de lo sagrado”, porque todo es sagrado, todos somos personas
sagradas. Por eso, el papa Francisco nos convoca: “Cuiden la Tierra. Defiendan
la dignidad humana. Y cuando se reúnan a comer, dejen una silla libre. Que sea
para el pobre. Que sea para Jesús.”
Hagamos
votos para que los cardenales reunidos en cónclave presten atención al
testamento espiritual del papa Francisco y elijan a quién sea capaz de
continuar y profundizar su legado. El mundo los está mirando: ¡Que miren al
mundo!
2. LEÓN
14: CIERTA CONTINUIDAD CON EL PAPA FRANCISCO, Pedro Pierre
Al segundo
día del conclave, los cardenales han elegido un nuevo sucesor de san Pedro,
considerado el primer papa. Llevará el nombre de León 14. Nació en América del
Norte, pero ejerció su ministerio sacerdotal y luego episcopal en Perú durante
18 años. Es hijo de migrantes: de madre española y
padre francés. El papa Francisco lo había nombrado en el Vaticano como
responsable del Departamento de los Obispos. Tiene 69 años y es considerado
como cercano al papa Francisco. Su nombre recuerda al papa León 13 que, a
finales del siglo 19, promovió la Doctrina Social de la Iglesia frente al
capitalismo salvaje de aquella época con su famosa Carta encíclica “Sobre unas
nuevas situaciones” (‘Rerum novarum’, en latín, 1,891). Su elección es
esperanzadora por representar cierta continuidad con las opciones del papa Francisco.
He aquí su primer discurso al presentarse en la Plaza de la basílica san Pedro
del Vaticano. Es algo largo y deslinda su personalidad y sus mayores opciones
pastorales.
“La paz sea
con todos ustedes.
Queridos
hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen
Pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este
saludo de paz llegue hasta sus corazones, que alcance a sus familias, a todas
las personas, donde sea que se encuentren, a todos los pueblos, a toda la
tierra.
La paz esté
con ustedes. Esta es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmada, desarmante
y también perseverante, que proviene de Dios que nos ama a todos
incondicionalmente. Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero
siempre valiente, del Papa Francisco que bendecía a Roma.
El Papa que
bendecía a Roma también daba al mundo entero esa mañana del día de Pascua.
Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: que Dios los quiere mucho,
Dios ama a todos y el mal no prevalecerá. Estamos todos en las manos de Dios.
Por lo tanto,
sin miedo, unidos, mano a mano con Dios y entre nosotros, andemos adelante.
Seamos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz;
la humanidad necesita de Él como puente para ser alcanzada por el amor de Dios.
Ayudémonos los unos a los otros a construir puentes con el diálogo, el
encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo, siempre en paz.
Gracias al
Papa Francisco. Quisiera agradecer a todos los hermanos cardenales que me han
elegido para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como Iglesia
unida, buscando siempre la paz, la justicia, trabajando como hombres y mujeres
fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio y ser misioneros.
Soy agustino,
un hijo de San Agustín que ha dicho: "Con ustedes soy cristiano y para
ustedes, obispo". En este sentido, podemos todos caminar juntos hacia esa
patria que Dios nos ha preparado.
A la Iglesia
de Roma, un saludo especial. Tenemos que buscar juntos cómo ser una Iglesia
misionera, una Iglesia que construye puentes de diálogo, siempre dispuesta y
abierta a recibir, como esta plaza, con los brazos abiertos a todos, a todos
los que tienen necesidad de nuestra caridad, de nuestra presencia, de diálogo y
de amor.
Y si me
permiten, también una palabra, un saludo, de modo particular para todos
aquellos de mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel
ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para
seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo.
A todos
ustedes, hermanos y hermanas, de Roma, de Italia y de todo el mundo. Queremos
una Iglesia sinodal, que camine, que busque siempre la paz, que busque siempre
la caridad y estar cerca de quienes sufren.
Hoy, en el
día de la Virgen de Pompeya, nuestra Madre María quiere caminar siempre con
nosotros, estar cerca de nosotros, ayudarnos con su intercesión y su amor.
Ahora
quisiera rezar junto a ustedes por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por
la paz del mundo. Pidamos esta gracia especial de María, nuestra Madre.” (Todos
rezan el ‘Dios te salve, María’).
Sin ser
especialista en sicología, podemos recalcar cierta cercanía de León 14 con el
pueblo de los bautizados. Su saludo es sencillo y directo. Es notable su
preocupación por “la paz”, palabra que utiliza 10 veces en su primera alocución
como papa. Se puede notar la centralidad de “Cristo resucitado, el Buen
Pastor”, ya que retoma y repite 2 veces su saludo: “La paz está con ustedes”. Perteneciente
a la congregación religiosa de los agustinianos, recordó una frase famosa de su
patrono san Agustín: “Con ustedes soy cristiano y para ustedes, obispo".
Afirmó claramente su opción por la sinodalidad: “Queremos una Iglesia sinodal,
que camine, que busque siempre la paz, que busque siempre la caridad y estar
cerca de quienes sufren… Tenemos que buscar juntos cómo ser una Iglesia
misionera, una Iglesia que construye puentes de diálogo, siempre dispuesta y
abierta a recibir, como esta plaza, con los brazos abiertos a todos.”
Deseamos
valentía al papa León 14 que tendrá que enfrentar mucha resistencia, en
particular de obispos y sacerdotes, para lograr con ellos lo que escribió el
papa Francisco en su testamento espiritual: “No se conviertan en funcionarios
de lo sagrado. Sean pastores. Con las manos sucias de servir y el corazón
encendido de ternura”. Que las tradicionales vestimentas, parecidas a las de
Benedicto 16 en 2005, con las que apareció en su primera presentación en la
Plaza del Vaticano, no lo encierren demasiado en la institución eclesiástica.
Que la construcción de una Iglesia sinodal al servicio del Reino sea también
nuestro compromiso.
3. PEPE
MUJICA, REFERENTE DE LA PATRIA GRANDE, Pedro Pierre
José Alberto
Mujica Cordano, que acaba de morir, fue un político y floricultor uruguayo que
se desempeñó como presidente de la República Oriental del Uruguay durante 5
años de 2010 hasta 2015. Los ejes
definidos fueron educación, seguridad, medio ambiente y energía; su objetivo
primordial era la eliminación de la indigencia y la reducción de la pobreza. Fue
miembro y líder del partido político Frente Amplio, de izquierda. Con su mujer
participó en la guerrilla ‘Tupac Amaru’: herido y apresado pasó 14 años en la
cárcel. Los dos eran descendientes de emigrantes italianos; eran floricultores.
Siempre siguió viviendo en su finca con su mujer Lucía
Topolansky y su perrita Manuela que
era coja. Igualmente, no dejó de desplazarse con su carro Volkswagen, ‘modelo
cucaracha’.
Con su manera
de hablar "derribó fronteras físicas, ideológicas, culturales y
generacionales". Veamos algunas de sus frases llamativas para alimentarnos
de su espíritu.
"No es
que la economía no tenga importancia, pero el hombre alguna vez debes hacerte
estas preguntas: ¿A dónde va la humanidad?, ¿cuál es el futuro?, ¿cuál es la
responsabilidad con la vida?”
"Todas
las cosas vivas están hechas como para pelear por vivir, hasta nosotros. Uno
llega a la conclusión: esto está puesto para darle sabor a la vida."
"Me comí
14 años en cárcel… La soledad de la prisión me hizo valorar muchas
cosas. Esos años de soledad fueron probablemente los que más me enseñaron.”
"No
quiero llamarnos América Latina porque no somos solo descendientes de latinos:
somos descendientes de negros, de pueblos indígenas, de asiáticos; somos
descendientes de todos los pobres y perseguidos del mundo que vinieron a
América a soñar con un porvenir."
"En mi
jardín, hace décadas que no cultivo el odio. El odio termina estupidizando;
el amor es creador y el odio nos destruye".
"Sí, yo
estoy cansado, pero esto no para parar hasta el día que me lleven en un
cajón”.
"Pertenezco
a una generación que quiso cambiar el mundo, fui aplastado, derrotado,
pulverizado, pero sigo soñando que vale la pena luchar para que la gente pueda
vivir un poco mejor y con un mayor sentido de la igualdad".
"Pobres
son los que quieren más, los que no les alcanza nada. Esos son pobres, porque
se meten en una carrera infinita.
"Pobres
no son los que tienen poco. Son los que quieren mucho. Yo no vivo con
pobreza, vivo con austeridad, con renunciamiento".
"Yo sé
que soy un viejo medio loco, porque filosóficamente soy un estoico por mi
manera de vivir y los valores que defiendo. Y eso no encaja en el mundo de
hoy".
"La vida
no es solo trabajar. Hay que dejarle un buen capítulo para gastarla en cosas
que te motivan."
"La vida
es una hermosa aventura y un milagro en el enorme silencio mineral del
universo. La presidencia es solo un capítulo más.”
"Triunfar
en la vida no es ganar. Triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar
cada vez que uno cae."
“Estoy feliz
porque están ustedes, porque cuando mis brazos se vayan habrá miles de brazos
sustituyendo la lucha.”
Que sus
palabras y su testimonio sean un aliento de vida y de valentía para llevar a
cabo las luchas que nos toquen dar afín de que nuestra existencia no sea un
fracaso rotundo sino un aporte a la fraternidad y la justicia. ¡Gracias, Pepe,
te vamos a extrañar!
4. POR
LA FRATERNIDAD SIN FRONTERA, Pedro Pierre
En mis
lecturas de estos últimos días me llamó la atención una frase que no deja de
darme vuelta en la cabeza: “Mientras desaparece la fraternidad, crecen el caos
y la muerte”. ¿No será que nosotros pasamos mucho tiempo en cosas secundarias y
dejamos las más importantes como la fraternidad, por ejemplo? Así se nos van la
vida y la felicidad en un mundo en que nos destruimos los unos a los otros.
La solución
de nuestros problemas y el alcance de la felicidad está en nosotros mismos.
Cada uno somos la unión del bien que construye y desarrolla y del mal que
divide y destruye, comenzando en nosotros mismos. Nos toca a nosotros
fortalecer el bien para que amenore el mal. En su tiempo san Pablo decía:
“Vencen el mal con el bien”. Muchas veces buscamos con mucho afán las causas y
los causantes de lo que nos está pasando. Por una parte, está bien. Pero
¡cuántas veces terminamos culpando a los demás sin ver que los primeros
responsables somos nosotros mismos.
Al nivel
nacional nos damos cuenta que nuestro país se nos va a la ruina, ya que vamos
de mal en peor. No nos damos cuenta que los presidentes nos están mintiendo y
manipulando para quedarse en el poder y aumentar sus riquezas personales a
cuesta nuestra. Ya desde casi 2 años se nos promete un ‘nuevo Ecuador’ que no
llega por ninguna parte mientras nos hundimos en la violencia y la muerte
cotidiana. La economía no despega; más bien estamos en depresión o
decrecimiento y ¡cuántos millones en deudas a pagar! No se detienen el
desempleo ni las migraciones… y las perspectivas de un gobierno fascista no son
alentadoras: No hay plan de gobierno, nos se concretan ejes de desarrollo… más
bien se atropella los derechos humanos, las leyes y la misma Constitución. El convivir
está envenenado por el odio y las mentiras de los grandes medios de
comunicación. ¿Adónde vamos a parar si miramos por otro lado?
Al nivel
internacional se grita por todas partes: “¡Paz en Gaza!” mientras continúa el
genocidio de los civiles palestinos, entre ellos muchísimos niños, porque los
Estados Unidos y Europa regalan armas a Israel para que sigan las matanzas
indiscriminadas. ¿Hasta cuándo nos quedaremos mudos y de brazos cruzados
esperando que otros resuelvan el problema?
Nos sentimos
impotentes porque hemos desterrado la fraternidad de entre nosotros. Hay caos y
muertes porque dejamos que crezcan la maldad entre nosotros, la maldad de la
indiferencia, el quemimportismo y la pasividad. Hemos dejado que se multiplique
la perversidad entre nosotros porque hemos perdido el sentido de la comunidad:
comunidad familiar, comunidad de vecinos, comunidad cristiana, comunidad
nacional, comunidad internacional. Los medios de comunicación nos han ganado la
batalla de la fraternidad y nosotros aplaudimos sus noticias mentirosas y sus
programas devastadores… ni siquiera nos damos cuenta que nos embrutecen.
La
fraternidad no es una oportunidad a esperar que nos caiga no sabemos ni de
donde… porque no nos va a caer si no la cultivamos en nuestra propia intimidad,
porque es allí donde anida. Nosotros somos los únicos artesanos de su
existencia y crecimiento. ¿O no nos hemos dado cuenta que la fraternidad es
nuestra identidad misma? Es lo que nos hace humanos y hermanos. La vida es una
lucha permanente para que no crezca el mal. La única manera que no crezca el
mal es multiplicando el bien. El mal es la mala hierba en nosotros: o crece
ella con nuestra colaboración y lo invade todo sembrando el caos, la muerte y
las guerras sin fin.
No podemos
cansarnos de repetir que todos dependemos de todos, poque somos una sola unidad
de vida y de destino. La globalización es la realidad universal: El bien nos
hace bien a todos y el mal a todos nos hace daño. Dejemos de seguir las modas
que nos traen la última novedad, de creer las mentiras bien arregladas de los
chats, de tiktok y la televisión que nos toman por ignorantes. Aprendamos a ser
nosotros, a pensar por nosotros, a actuar por lo que hemos decidido nosotros.
La
fraternidad, la paz y la felicidad las construimos nosotros sin esperar que
otros sean fraternos, solidarios y generosos. Una vida mejor y un Ecuador nuevo
comienzan con nosotros cuando así lo queremos y lo hacemos. Nos estamos
preguntando si nos dedicamos a cosas importantes o ‘nos tenemos tiempo’ o
vivimos por vivir, decir sin vivir de verdad… hasta que pasen los años y nos
hayamos vueltos completamente inútiles
Apostemos por
la fraternidad: Esa es la verdadera lotería donde todos vamos a salir
ganadores. Así haremos retroceder la violencia, el caos, las guerras y los
muertos. Así crecerá la paz, la amistad social, la armonía con la naturaleza y
la comunión con Dios, afín de sentirnos verdaderamente felices.
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